I.O. PALMA. La dependencia energética de Balears de los combustibles fósiles para alimentar las centrales térmicas de Es Murterar así como Son Reus y Es Tresorer así como el intenso tráfico aéreo que cada año posibilita que lleguen a las islas doce millones de turistas suman para que las islas salgan malparadas en la sostenibilidad medioambiental. Cada turista, ha contabilizado Murray, lleva encima de sus espaldas cincuenta kilos de carburante nada más aterrizar en cualquiera de los aeródromos del archipiélago.
"En 1973, el 45% del consumo de petróleo estaba vinculado al transporte. En la actualidad, este porcentaje sube hasta el 60%. Estados Unidos actuó en la década de los noventa como gendarme del mundo y posibilitó un petróleo barato, a ocho dólares el barril, lo que ha favorecido la globalización. ¿Cómo si no se entiende que salga rentable consumir carne de cordero producida a doce mil kilómetros de distancia", se cuestiona el especialista en sostenibilidad medioambiental.
En Balears, el consumo energético se ha multiplicado por 13,8 desde los años 60 mientras que la población lo ha hecho por dos, se ha duplicado", ilustra Murray para quien esto es debido a la "proliferación de los objetos domésticos extravagantes. Desde los años noventa hasta la actualidad el consumo energético ha aumentado un 70% y, sinceramente, ¿se vivía tan precariamente en esos años para justificar este aumento del consumo?".
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