viernes, 10 de octubre de 2008

Marsans ultima su hegemonía sobre los principales puertos de Balears

Lunes 10 de marzo de 2008


MIGUEL MANSO. PALMA. Una frase redonda resume la estrategia del mayor emporio turístico del país. "Los amigos me llamaban antes para sentarse junto a los pilotos de aviones. Ahora lo hacen para reservar un puesto de atraque", relata Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la patronal CEOE y propietario, junto a su socio y amigo Gonzalo Pascual, del grupo Marsans.
Los dos empresarios madrileños, de la quinta del 42, están a punto de erigirse en los grandes dominadores de los puertos baleares dependientes del Estado. A través de su empresa Trapsayates, consiguieron en diciembre una concesión jugosa en Eivissa: la explotación de más de 400 amarres en el embarcadero deportivo Ibiza Nueva.
Concurrieron de la mano de Sercomisa, perteneciente al grupo de Alonso Marí, y ofrecieron un canon anual de 5,4 millones de euros y una inversión para la mejora de las instalaciones actuales de otros 27,5 millones por 17 años de gestión.
Entre sus competidores se hallaba Dragados, del ex presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.

Puerto y club marítimo

Los dueños de Viajes Marsans, y de Spanair hasta hace bien poco, preparan su desembarco en Menorca. Tal como explica Gerardo Díaz, Trapsayates opta a la adjudicación de centenares de puestos de atraque en la ribera norte del puerto de Maó. Si lo logran, asumirán el control sobre 356.000 metros cuadrados de espejo de agua en la capital menorquina.
También pujan por el Club Marítimo de Maó, cuyo concurso público pende de una resolución desde hace cuatro años.
Trapsayates toca todos los palos de la náutica. Explota dársenas deportivas y varaderos, repara embarcaciones de hasta 200 toneladas, ejerce de intermediario en la venta de barcos y ofrece excursiones marítimas.

Varada y botadura

Su potencial infunde respeto cuando no temor en el resto de gremios del sector náutico, sobre todo en el dedicado al mantenimiento de veleros. Esta inquietud se dejó traslucir cuando el grupo Marsans consiguió la polémica concesión de los servicios de varada y botadura de barcos en el puerto de Palma.
Acompañados de un empresario alicantino y de los antiguos socios del entonces presidente de la Autoridad Portuaria de Balears, Joan Verger, se alzaron con un negocio estratégico en la dársena palmesana.
Trapsayates también dispone en Palma de 70 amarres en el pantalán de la Quarantena, frente a la discoteca Tito´s.
Su implantación sobre el mar se redondea con astilleros y varaderos en Valencia y en Eivissa, este último cuenta con una explanada de 8.000 metros cuadrados.
El proyecto de Gerardo Díaz pasa por expandir su negocio por el Mediterráneo. Este empresario madrileño confía en que el Govern presidido por Francesc Antich "abra la mano" y permita ampliar el número de puestos de atraques en los puertos bajo su control.

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