Las 51 embarcaciones de arrastre que hay en Balears dejarán de faenar un día a la semana con el fin de compensar el aumento del precio del combustible. Así, a partir del próximo mes de noviembre y hasta el 31 de mayo la flota de arrastre saldrá a pescar cuatro días a la semana en lugar de cinco, lo que supondrá una reducción de 500 toneladas de pescado que dejarán de recogerse durante estos meses en relación al mismo periodo del año anterior.
EUROPA PRESS Así lo confirmó en declaraciones a Europa Press el secretario de la Federación de Cofradías de Pescadores de Baleares, Antonio Garau, quien destacó que es la primera vez que los pescadores de la comunidad adoptan una medida de estas características, a la que se han visto "forzados" por el aumento "insostenible" del precio del carburante. El sector está pasando por uno de los "peores momentos de su historia", y son necesarias actuaciones "drásticas" para compensar el "incremento de los costes laborales", agregó Garau.
En cifras, la crisis del sector del arrastre está provocando en Baleares una caída de entre un 20 y un 40 por ciento de la producción anual, que se traduce en unos 22 millones de euros, de manera que cada año el sector "pierde 8 millones de euros". Este descenso se debe a varios factores. La oferta de pescado se mantiene mientras que la demanda se ha reducido; por ello, explicó Garau, hay que apostar por actuaciones de promoción "continuadas y sostenidas" del producto, que en Baleares es de "elevada calidad".
En la pescadería el cliente se encuentra con pescado de otros lugares, importado, más barato pero de menor calidad. Para potenciar lo autóctono, hay que incidir, insiste Garau, en medidas complementarias como, por ejemplo, "manipular" el producto, para que pueda venderse listo para consumir. "Los hábitos de las familias han cambiado; van menos al mercado y disponen de menos tiempo para preparar el pescado". Todo ello "nos obliga" a pensar estrategias para que "el sector vuelva a ser viable", recalcó.
En la comunidad no existe un proyecto de trazabilidad que garantice que el pescado que se comercializa en la lonja llega al consumidor "bien identificado". "No se hace un correcto control del etiquetaje", lo cual impide saber "con seguridad" qué producto ha sido pescado en aguas de Baleares.
SE SUPERARON LAS RETICENCIAS
Garau explicó que costó convencer a la flota de la necesidad de reducir un día de la actividad pesquera. Había "reticencias" porque si una barca se queda en tierra un día, y al siguiente hay temporal y no puede faenar, ya son dos días sin trabajar. No obstante, finalmente los pescadores "quieren arriesgarse" y establecerán un sistema de rotación, de manera que cada día pararán un número determinado de embarcaciones en todas las islas. En Mallorca hay 33 barcas de arrastre, en Menorca e Eivissa 8, y en Formentera 3.
Se logrará, así, desembarcar menos producto para reducir la oferta. A ello hay que sumar que la UE da ayudas para compensar las paralizaciones temporales de la pesca de arrastre. En verano, explicó Garau, volveremos a trabajar cinco días, porque son meses de "más alegría" y aumenta la demanda. Pero el invierno se anticipa "duro" y la crecida del combustible hace "irremediable" reducir costes.
En las comunidades del mediterráneo peninsular -Catalunya, Valencia, Murcia y Andalucía- a veces, para ganar margen, han parado 30 días seguidos. A Garau no le parece el sistema más idóneo, porque cuando se retoma la actividad, "se pesca en abundancia, la lonja se llena de pescado y los precios se hunden", sostuvo.
En cambio, parando un día a la semana durante todo el invierno y primavera y utilizando un sistema de rotación, el ahorro es más visible y deja más margen para subir precios. El sector de la pesca cuenta con políticas estructurales de la UE para subvencionar la modernización de la flota, la promoción del producto, y la reducción del esfuerzo, porque con ello se da oxígeno y viabilidad al sector.
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