ROSA FERRIOL. PALMA. Palma, Manacor y Sóller son los municipios más afectados por catastróficas inundaciones a lo largo de la historia. Las antiguamente zonas agrícolas de sa Pobla, Palma o Campos también son susceptibles de sufrir las consecuencias de este fenómeno. Y es que la construcción en zonas inundables o en desembocaduras de torrentes ha sido la principal causa de riadas. Así lo expuso ayer Miquel Grimalt Gelabert, del departamento de Ciencias de la Tierra de la UIB, durante la conferencia Catástrofes naturales en Balears: inundaciones históricas celebrada durante la jornada sobre emergencias producidas por meteorología adversa, Meteoalerta 2008.
Grimalt explicó que sa Riera tiene un largo currículum de inundaciones catastróficas como la de 1403 que provocó la muerte de unas cinco mil personas y que "destruyó absolutamente la ciudad" o la de 1962 que derribó es Baluard e invadió todo el Paseo Marítimo dejando con dos palmos de agua en zonas como el terreno donde se encuentra el hospital Son Llàtzer. Resaltó que el problema se solucionó sacando por las afueras de Palma el torrente. No obstante, avisó que la actual expansión de la ciudad en el cauce del torrente Gros y de Sant Magí supone un nuevo peligro. También aseguró que Sóller seguirá sufriendo desbordamientos porque no se ha hecho ninguna modificación. Esperó que la desviación hecha en el torrente de Manacor funcione bien.
Detalló que a lo largo del siglo XX han aparecido nuevos tipos de inundaciones que afectan a los edificios construidos en la desembocadura de un torrente o en zonas que en su día eran inundables. Advirtió que las urbanizaciones construidas en Marratxí, Calvià o Palma son susceptibles de sufrir riadas.
El experto señaló que las inundaciones de las islas se caracterizan por ser repentinas y violentas; de relativa frecuencia y con caudales punta desmesurados. Destacó que a lo largo de la historia han cambiado las áreas afectadas. La red torrencial, las frecuentes precipitaciones intensas y el sistema de regulación son algunos de los motivos que provocan el desbordamiento.
Grimalt insistió en la importancia de saber cómo actuar en casos de fenómenos adversos. Relató que una familia se salvó del tsunami del sudeste asiático en 2004 porque su hija había estudiado el fenómeno en el colegio. Más de 200 profesionales de la meteorología y las emergencias participaron en la jornada. La coordinación de las emergencias, el análisis de catástrofes, la prevención de riesgos o la incorporación de la Unidad Militar de Emergencias centraron el debate.
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