Comienza la cosecha de este cereal, que es el más tardío, con una previsión local de entre 60 y 70 toneladas
P. CÓRCOLES. M. A. CRESPÍ. SA POBLA. El cultivo del arroz en la zona de sa Pobla y Muro fue muy importante hace años. Las dificultades de cultivarlo en s´Albufera fueron provocando que dejara de sembrarse en beneficio de otros cultivos más rentables.
En la actualidad -tras diez años de experiencias sembrando arroz en terreno firme- existe una incipiente industria agraria que está teniendo bastante éxito. Al socaire del pionero de esta "resurreción", mestre Miquel Siquier, propietario de la firma Arròs sa Marjal, un grupo de payeses poblers y murers han decidido volver a este cultivo como diversificación de su actividad. Jaume Perelló, alcalde de Muro, precisa: "Hacía 20 años que ya no sembrábamos este cereal en el municipio. Incluso yo me he animado para plantar el año próximo".
Sa Marjal es en estos momentos el mayor productor local con un total de cinco hectáreas en explotación.
La campaña de este año ha arrancado esta semana y las previsiones no son todo lo halagüeñas que cabría esperar. Siquier explica que "se pueden ver muchos rodales con un mal que llamamos "seca". En realidad es falta de agua y la planta no ha madurado bien pues cabe destacar que el arroz en tierra firme ha de regarse cada dos días, como mínimo, y con una buena cantidad de agua.
Los gorriones
Los payeses se quejan también de los daños que les producen los gorriones y otros fitófagos similares. Siquier explica que "en algunos rodales producen pérdidas del 50 por ciento".
La previsión que maneja el sector para este año es llegar a las 70 toneladas. Calculan aproximadamente unos 600 kilos por quartó (1.800 metros cuadrados).
La variedad de arroz que se cultiva en la zona es la conocida como bombita o bombeta. Se trata de un tipo de arroz de alta calidad que se vende aproximadamente a 3,60 euros el kilo al consumidor. El precio está justificado pues lleva mucho trabajo. Tras cosecharlo se debe extender al sol al menos tres días removiéndolo cada par de horas para secarlo. Luego se pela, se abrillanta y se envasa.
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