El IMEDEA estudia aguas marinas de s´Albufera y Portocolom donde la vida resulta imposible
MIGUEL MANSO. PALMA. El mar se está convirtiendo en un lugar tan irrespirable como Marte. Y si no, que se lo pregunten a peces y mariscos. Investigadores del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), cuya sede se levanta en Esporles, han descubierto que las zonas costeras ´muertas´ son muchas más de las sospechadas y que crecen año a año.
Esas aguas irrespirables, con bajísimas concentraciones de oxígeno, fenómeno conocido como hipoxia, se expandirán cada vez más deprisa debido al calentamiento global del planeta y al excesivo nivel de materia orgánica. La subida de la temperatura del agua y el incremento de los nutrientes favorece el desarrollo de las algas que, al caer al fondo y descomponerse, provocan una disminución del oxígeno.
Hasta ahora, los biólogos han sostenido que cualquier área con menos de dos miligramos de oxígeno disuelto en un litro de agua de mar genera hipoxia, es decir, la muerte. El trabajo de Raquel Vaquer-Sunyer y Carlos Duarte ha elevado el umbral de concentración a más del doble porque, a juicio de Vaquer-Sunyer, aquella medida se instauro sin base científica "sólida". El umbral de concentración de oxígeno que establece el estudio como un límite de precaución que protegería, al menos, al 10% de las especies estudiadas es de 4,6 miligramos por litro, más del doble de lo que se creía tradicionalmente.
Los expertos del IMEDEA revisaron más de 5.000 artículos científicos sobre el tema y volvieron a analizar los datos de concentración de oxígeno y su impacto negativo sobre la reproducción, estrés fisiológico, la migración forzada y la muerte de ejemplares. Los resultados resumen 872 experimentos de un total de 206 especies de organismos marinos.
Las indagaciones en Mallorca del IMEDEA se han concentrado en áreas ´muertas´ de s´Albufera y Portocolom. En el primer caso, el exagerado nivel de materia orgánica procedería de las pérdidas de la depuradora de Sa Pobla y el uso de fertilizantes sintéticos en los campos agrícolas. En Portocolom, el origen radicaría en las deficiencias del sistema de aguas residuales.
En cualquier caso, las zonas más propensas a la hipoxia son aquellas donde el agua está estancada o de escaso intercambio, aventura Raquel Vaquer-Sunyer.
Como Nueva Zelanda
En 1995 ya había 305 burbujas inertes en las aguas cercanas a las costas en todo el mundo. En estos momentos los expertos estiman que hay 405, y que entre todas suman 245.000 kilómetros cuadrados, casi como la superficie de Nueva Zelanda.
La extensión estimada podría ser todavía muchísimo mayor a tenor de los resultados obtenidos por los expertos del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados
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