martes, 23 de septiembre de 2008

entrevista. Antoni Garau Coll. Secretario general de la Federación Balear de Cofradías de Pesca

Domingo 17 de febrero de 2008

Entrevista. Antoni Garau Coll. Secretario general de la Federación Balear de Cofradías de Pesca
"Confíamos en que Enagás se comprometa a compensar las pérdidas que provoque la llegada del gasoducto"

I. OLAIZOLA. PALMA. Antoni Garau tiene la firme convicción de que el futuro de la pesca en Balears pasa por reducir el tiempo de faena en el mar, pero no por un problema de sostenibilidad o escasez de recursos, sino por la dificultad de comercializar unas especies que la sociedad ya no consume.

-¿Considera adecuadas las ayudas a los pescadores para paliar la carestía del gasóleo?
-Las ayudas de "mínimos" son un compromiso de la ministra después de que el sector cerrase los puertos hace dos años largos que no se llegaron a pagar porque había un reglamento comunitario que lo impedía. Finalmente, el Ministerio decidió transferir la competencia a las comunidades autónomas y hace unos días se llegó al acuerdo con el Fogaiba y esperamos que en unos meses habremos cobrado estas ayudas.

-¿A cuánto ascenderán?
-Entre 400.000 y 700.000 euros por el consumo de gasóleo en el periodo que va del 1 noviembre de 2004 a 31 de octubre de 2005 por el total de la flota de Balears.

-¿Resulta rentable dedicarse a la pesca hoy en día?
-Cada día menos por dos cuestiones. La primera, por la peor comercialización de algunas especies barateras que cada vez tienen menos salida, y la segunda, por el aumento de los costes de explotación de las barcas, esto es, por la carestía del precio del gasóleo. Y hay una tercera cuestión que es la campaña en contra que está padeciendo el arrastre y que considero totalmente infundada por el recurso y por el tipo de fondos en los que trabajamos.

-¿Y qué proponen para hacerla más atractiva?
-El Ministerio propuso reducir el número de horas que se faenan en las artes de arrastre de las doce actuales a once. Y esta iniciativa contaba con el beneplácito de nuestras cofradías y de muchas otras del país, pero tuvo la frontal oposición de los arrastreros de Alicante que operan en aguas de Eivissa. A pesar de que lunes y viernes suman más horas contando el desplazamiento desde sus puertos y la vuelta a ellos. Por ello, el Ministerio decidió aparcarla hasta después de las elecciones generales.

-¿Y la situación actual, agravada por el precio del gasóleo, no es consecuencia de la instalación de potentes motores que consumen mucho en los barcos de pesca?
-Los precios de los productos manufacturados se pueden aumentar cada año entre un 3,5% y un 4%, en torno al incremento del IPC anual. El precio del combustible en los últimos cinco años se ha triplicado. Hemos pasado de pagarlo a treinta y tantas pesetas el litro a pagar más de cien pesetas. No tiene nada que ver el tema de la motorización. Hay quien pretende que, en el año 2008, todavía trabajásemos a vela, pero las barcas deben modernizarse para poder faenar en mejores condiciones.

-¿Las embarcaciones de pesca de recreo son perjudiciales para el sector?
-En este asunto el tamaño sí que importa. Esta flota ha crecido de forma tan brutal que ya ni siquiera sabemos cuántas tenemos, aunque en Balears se conjetura que puede haber entre 30.000 y 40.000 embarcaciones de recreo que pescan, y pescan mucho. No tenemos cifras fidedignas, pero la pesca recreativa puede suponer anualmente entre uno y dos millones de kilos de capturas. Pero son cifras estimativas. La pesca recreativa es opaca. No se sabe nada de ella.

-¿Qué opina de la intención del Ministerio de que los pescadores aficionados declaren por internet sus capturas una vez al mes?
-Me parece un primer paso. Si tenemos que evaluar la situación del recurso, debemos saber lo que realmente pescamos. Intentar conseguir cifras y datos de la pesca recreativa es muy interesante.

-¿Pero realmente cree que los pescadores declararán con honestidad sus capturas?
-Como en tantas otras cosas, habrá un porcentaje pequeño de gente que lo hará y habrá una gran mayoría que no lo hará.

-El Gob reclamó hace unos meses la suspensión de todas las competiciones de pesca deportiva de Balears, ¿comulga con esta idea?
-Nosotros, como sector, preferimos que no las haya. Tradicionalmente ha habido una cierta oscuridad sobre qué se hacía con las capturas. En teoría no se podían comercializar. Debían ir destinadas a beneficencia y esto no siempre se ha controlado bien.

-¿Qué opina del nuevo plan para la conservación de los recursos pesqueros del Mediterráneo que pretende reducir en un diez por ciento el esfuerzo?
-Este plan afecta muy poco a Balears porque se refiere al diez por ciento del global del Mediterráneo. Prevé vedas biológicas para el arrastre, el cerco y el palangre en superficie. En cuanto a las dos primeras modalidades, Balears no realiza paralizaciones porque el recurso no lo requiere, es abundante. En cuanto al palangre en superficie, para el que se estipula una veda en abril y otra del 15 de octubre al 15 de noviembre, en el archipiélago tan sólo tenemos cuatro o cinco embarcaciones que practican este tipo de pesca. Por tanto, este plan apenas afectará en Balears.

-¿Y el reglamento comunitario sobre usos pesqueros?
-Esto es bien diferente. Hay un nuevo reglamento para los países de la UE que baña el Mediterráneo que incrementa las tallas mínimas de las especies, reduce las artes de pesca y crea zonas de protección, por ejemplo el canal de Menorca. A pesar de que entró en vigor el uno de enero de 2007, marca unos plazos amplios para cumplir con una serie de medidas restrictivas que buscan preservar los recursos pesqueros.

_¿Las restricciones en la pesca de la langosta entran dentro de este reglamento?
-Sí. Pero el aumento de la talla mínima de la langosta ha afectado menos de lo esperado. En Menorca, que es donde más importante es la pesca de esta especie, preveían que el incremento de las tallas mínimas de la langosta reduciría las capturas en un treinta por ciento. En realidad, la merma de capturas se ha situado entre un 7 y un 8 por ciento en relación a ejercicios anteriores.

-¿Qué medidas adoptaría para aumentar la cuota del pescado balear en los mercados de las islas?
-Tres acciones son fundamentales. La primera, regular la oferta en función de lo que el mercado puede absorber. En segundo lugar, la promoción. Hay que dar a conocer a la gente joven que existen especies de pescado sabroso y al alcance de todos los bolsillos. Y en tercer lugar, la transformación o facilitar el consumo mediante un proceso de transformación del producto, esto es, viscerar, descabezar, filetear el pescado para facilitar su consumo. Esto ya se está haciendo en la lonja de pescado de Palma. Pero todo esto proceso choca con el coste de la manipulación, que muchas veces no compensa en unas especies muy baratas. Todo pasa por la mecanización del sistema, que sólo puede emprenderse si hay una demanda por parte del mercado. Ahora estamos todavía en una fase inicial, de tanteo.

-¿Las faenas pesqueras se verán afectadas por la llegada del gasoducto a Mallorca?
-Nos afecta y estamos negociando hace año y medio con Enagás. Hemos redactado un protocolo, que confiamos que la empresa firme el próximo mes de marzo, por el que Enagás se compromete a compensar todas las pérdidas o daños que nos pueda ocasionar el gasoducto durante su instalación y a posteriori. Nos afecta porque quizá habrá que interrumpir el arrastre de las redes, se pueden producir roturas de artes, etcétera. Esto es lo que estamos negociando y en principio Enagás se está mostrando bastante dispuesta a negociar este tipo de asuntos. Básicamente afecta a los puertos de Eivissa, Sant Antoni, Palma y Andratx.

-¿Son partidarios de crear un santuario para el atún rojo en aguas al sur de las Pitiüses?
-Sí, totalmente. Hay que preservar la especie. De todas formas, el año pasado se cerró la pesquería del atún porque la cuota que tenía asignada España estaba agotada. Sin embargo, este año se ha abierto y se volverá a pescar pese a que está en mala situación.

-¿Se puede contrarrestar las incursiones de los atuneros franceses e italianos en aguas de Balears?
-Hay un problema de jurisdicciones, pero indudablemente que sí. Hay otra cuestión que nos afecta y es el arrastre de las gavias que trasladan los atunes vivos a las granjas de túnidos. Interfieren con la actividad de artes menores, sobre todo de Eivissa y Formentera, con los trasmallos tanto de langosta como de pescado que están calados en las aguas en las que se mueven estas gavias. Y las pérdidas que originan raramente se compensan.

-En su momento se habló de que los pescadores estarían interesados en explotar turísticamente su actividad, llevando a bordo a turistas a los que explicarían cómo se desarrolla una jornada en el mar. ¿En que situación se encuentra esta iniciativa?
-Está muy verde. La ley de pesca marítima sólo permite la pesca extractiva. Para dedicarse a una actividad diferente, la ley debe modificarse tras su paso por el Congreso. Luego nos encontramos con toda la normativa del ministerio de Fomento para permitir el embarque de turistas en los barcos de pesca. Y, finalmente, están las modificaciones que tendrían que realizar las embarcaciones para poder transportarlos. Todo ello requiere un proceso a medio y largo plazo. Y todo ello al margen de si resultará o no rentable emprender esta actividad complementaria a la pesca.

-¿Colaborarían los pescadores en la recogida de medusas en caso de darse una plaga?
-El año pasado ninguna administración, ni estatal ni autonómica, se puso en contacto con nosotros, que estábamos dispuestos a colaborar en avistamientos y recogida de medusas siempre y cuando se nos compensara económicamente.

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