La Conselleria estudia la posibilidad de reintroducir la foca monje en Cabrera, la costa de Artà y el norte de Menorca
ROSA FERRIOL. PALMA. Si todo va bien, un viejo amigo del mar balear podría volver a nadar en nuestras aguas transparentes. Se trata del vell marí, una especie que desapareció a mitad del siglo XX a causa de la "persecución directa que sufrió". En la presentación del libro El vell marí, una absència reversible, el conseller de Medio Ambiente, Miquel Àngel Grimalt, avanzó que su departamento contribuirá a recuperar la foca monje e intentará, "si es viable", reintroducirla en las islas. Por ello, la Conselleria ha propuesto al Ministerio impulsar un plan global sobre esta especie en el Mediterráneo occidental ya que dicho animal se extinguió recientemente de la costa de Marruecos, aunque es posible que algún ejemplar todavía sobreviva en Argelia.
El conseller explicó que este proyecto permitiría evaluar la posibilidad y conveniencia de llevar acabo iniciativas para reintroducir en nuestras aguas el vell marí, que supone la extinción más reciente de la fauna insular. Sin embargo, destacó que lo prioritario es proteger y conservar este ejemplar. "El buen estado medioambiental del mar balear deben servir para crear el hábitat adecuado para reintroducirlo", explicó Grimalt. El autor del libro, Joan Mayol, jefe del Servicio de Protección de Especies, señaló que Cabrera, el norte de Menorca y la costa de Artà son los espacios marinos que servirían para recuperar la foca monje, "un animal que se caracteriza por su gran movilidad ya que puede pasar varias semanas en el mar aunque necesita la tierra para reproducir". Mayol además resaltó la existencia de importantes reservas marinas también favorecería su recuperación.
La foca mediterránea figura en la lista de las diez especies con mayor riesgo de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. El titular de Medio Ambiente puntualizó que la recuperación de este viejo amigo del mar balear sería posible gracias al "cambio de mentalidad social respecto a la natura, una situación muy diferente de los años 50". Mayol recordó que la principal causa de la desaparición del vell marí en las islas fue "la persecución de esta especie". De hecho, la imagen que ilustra esta página corresponde a "la última foca monje de Balears, que fue abatida a tiros por un Guardia Civil en Cala Tuent en abril de 1958".
El autor de la obra explicó que hace unos diez días un equipo de la Conselleria se trasladó a Grecia para presenciar la liberación de un ejemplar recuperado. "Se demostró que en Grecia se mantiene una población importante con un mar biológicamente mucho más pobre que el balear. Por tanto, es posible que el vell marí viva en las islas", explicó Mayol. Según sus datos, en las costas de Grecia y Turquía hay entre 200 y 300 focas monjes.
Una ausencia reversible
El vell marí, una absència reversible, obra de Joan Mayol, es el cuarto volumen de la colección Galería Balear de Especies, que anteriormente publicó libros sobre el buitre negro, el ferreret y las lagartijas de las islas. La publicación, editada por Baltar & Associats, recoge medio centenar de imágenes de vells marins capturados en las islas y de otros ejemplares que habitan en las costas de Grecia, Turquía y Sáhara. Manu Sanfélix y Francesc Avellà son dos de los diez fotógrafos que han aportado el material que ilustra esta publicación, que puede adquirirse en las librerías por 15 euros.
Con la colaboración de Fundació Territori i Paisatje, Medio Ambiente tiene previsto para primavera o verano una exposición itinerante sobre esta especie.
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