Sábado 14 de marzo de 2009
Ahora que las obras han superado la cota cero, el crecimiento del edificio de la primera línea será casi vertiginoso
RAQUEL GALAN. PALMA. El futuro palacio de congresos "es como un niño pequeño, donde cada día que pasa vas notando cambios en su crecimiento", dicen los profesionales Juan Manuel Berga y Julio Pérez. Parecen los padres adoptivos de esta magna construcción levantada en la fachada marítima de Llevant. Las obras del futuro palacio de congresos de Palma ya superan la cota cero. A partir de ahora su crecimiento será vertiginoso y este edificio proyectado por el arquitecto Patxi Mangado comenzará a formar parte de la fachada marítima de la ciudad. Se pasean diariamente por sus entrañas como arquitecto y director técnico, respectivamente, de la sociedad mixta Palau de Congresos de Palma S.A., formada por el Ayuntamiento y el Govern. Las obras han superado la fase más lenta y compleja, "la cimentación de la estructura del edificio y la excavación bajo el nivel freático para construir el aparcamiento de autocares". Como ya han llegado a la cota cero, es decir, al nivel del mar, a partir de ahora este mastodonte situado en primera línea crecerá casi vertiginosamente, por lo que pronto empezaremos a ver la forma del "gran pez varado" imaginado por el autor del proyecto, Patxi Mangado.
El arquitecto navarro acude a visitarlo cada dos semanas, mientras que del día a día se encarga el equipo de la dirección de la obra -formado por 15 técnicos- y unos 200 obreros. "Cuando esté la estructura y empiece la fase de instalaciones, fachadas e interiores, podrán llegar a trabajar al mismo tiempo hasta 500 personas", en palabras de Pérez. "No creo que en Palma se vuelva a hacer un edificio como éste hasta dentro de medio siglo", augura Berga sobre la gran infraestructura.
El ajetreo es constante en el interior del palacio de congresos. En la zona lindante a la calle Manuel Azaña trabajan en levantar el graderío de la sala más importante del edificio, el auditorio principal, que prevé albergar hasta 2.000 congresistas. El primer nivel ya está hecho e incluso se adivinan los pasillos por donde subirán los asistentes. Debajo irá el guardarropía, ahora lleno de puntales para sustentar el forjado. Enfrente, el recibidor, que ya toma forma y cuenta con gruesas paredes de cemento donde se colocarán las escaleras mecánicas. También están listos los pasillos de acceso a los dos auditorios y las armaduras de hierro de sus futuras paredes dan una idea del espacio que ocupará cada escenario.
La entrada principal está entre la citada calle y la autovía de Llevant. La fachada de Manuel Azaña y toda la primera línea del palacio de congresos, de unos 350 metros de longitud, estará formada por paneles de aluminio reciclado que dejarán huecos de cuatro metros de profundidad en los que se colocarán cristales lisos o con iconografía marina. "Se crearán distintos reflejos en función de la perspectiva con que mires el edificio, por lo que parecerá que tiene una textura ´visual´ diferente según los vayas recorriendo por fuera", tal como explica el arquitecto Juan Manuel Berga, que fue miembro del jurado que eligió el proyecto ganador, el de Patxi Mangado.
La dirección técnica divide la obra en tres zonas para facilitar las tareas: la parte de los auditorios, la parte expositiva (estará encima de parte del parking de autocares) y el hotel, en el extremo oriental.
La zona de las obras menos avanzada es el citado aparcamiento, que se encuentra en el subsuelo del final de la calle Ciutat de Querétaro. Allí también estarán las rampas de acceso y salida de este aparcamiento y del parking de vehículos, con cabida para 250 coches y que ocupa todo el sótano del edificio e incluso el subsuelo de la futura calle Joan Maragall. La prolongación de la vía en el tramo paralelo al palacio y el hotel estará terminada en unos dos meses, según los técnicos responsables.
En cuanto a la parte del aparcamiento aún sin cerrar, en una semana finalizará el pilotaje para crear la estructura, por lo que también parará el temblor que sufren los trabajadores de la administración periférica y los residentes cercanos.
El hotel ya tiene el spa
El hotel -que se comunicará con el palacio a través de un puente elevado- puede decir que ya cuenta con el gimnasio y el spa. Para ser precisos, se trata del espacio que van a ocupar y al que se accederá por una bajada ya construida en la terraza cubierta de la entrada al establecimiento turístico. Este edificio tendrá forma triangular para que sus 273 habitaciones de categoría superior disfruten de vistas a Bellver o el Molinar, ya que enfrente hay un bloque de pisos de lujo que impide la visión del mar. La altura del hotel alcanza la primera planta y a partir de ahora su crecimiento será imparable hasta que la obra llegue a la mayoría de edad.
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