domingo, 15 de marzo de 2009

´Fora vila´, un cementerio para barcos

Domingo 15 de marzo de 2009

El desguace de las viejas embarcaciones es un grave problema porque ninguna normativa lo regula
barcas en el campo
ROSA FERRIOL/ K. H. EIFERLE. PALMA. Abandonar sin ningún pudor una embarcación obsoleta en medio del campo o en la playa es una práctica cada vez más habitual entre los propietarios de barcos en desuso. ¿El motivo? No hay ninguna normativa que regule el desguace de las naves obsoletas. Así lo explica el director general de Calidad Ambiental, Josep Lliteres, quien lamenta que "ninguna norma detalla los procedimientos para deshacerse de un barco". Por ello, los propietarios tampoco encuentran una respuesta a la pregunta ¿qué hago con mi barco obsoleto? Pueden llamar a varias puertas de las Administraciones pero la realidad es que esta incógnita no tiene respuesta.
Así las cosas, muchos solares de fora vila se convierten en un improvisado cementerio para las embarcaciones desusadas, pero la falta de normativa no es ninguna excusa para contaminar el medio ambiente y degradar el paisaje con el abandono de los barcos en medio del campo.
es que así como es fácil retirar de la circulación un vehículo, recuerda Lliteres, las embarcaciones no se dan de baja oficialmente. El director general de Calidad Ambiental explica que en el caso de los coches hay un procedimiento establecido, es decir, el ciudadano debe darlo de baja en el registro y transportarlo a un desguace. Sin embargo, no hay ninguna norma que determine cómo deshacerse de un barco viejo. Como no hay ningún registro de las embarcaciones que ya no navegan, es muy complicado dimensionar el problema de las naves viejas porque es imposible conocer su cifra exacta.
barcasLliteres asegura que, en teoría, los Centros Autorizados de Reciclaje y Descontaminación (CARD), que son unos concesionarios encargados de desguazar vehículos, pueden aceptar embarcaciones. La realidad es otra porque casi nadie las quiere. Al contactar con uno de estos centros para pedirles la posibilidad de reciclar una nave, el responsable aseguró que no realizaban este tipo de trabajos y reconoció que la descontaminación de los barcos es un grave problema. "Es muy complicado porque no hay normativa", sentenció el encargado de uno de estos centros.
Por ello, fora vila se va convirtiendo cada vez más en un cementerio de barcos obsoletos. Palma, Andratx, Calvià, Manacor, Inca, Sóller o Bunyola son algunos municipios donde un ciudadano puede encontrar una o varias embarcaciones abandonadas en medio del campo. El director general de Calidad Ambiental detalla que la Administración únicamente puede actuar si existe una denuncia de la Guardia Civil o de los agentes de Medio Ambiente. El primer paso, dice Lliteres, es localizar al propietario de la embarcación porque es el primer responsable de la actuación incívica. En caso de no poder contactar con él, se procede a buscar el dueño o el arrendatario del terreno donde descansan los barcos abandonados. En caso de que exista una denuncia y se localice el responsable, se contemplan multas de 600 euros hasta los 1,2 millones de euros, según la gravedad de la infracción.
El problema, explica Lliteres, se complica aún más si los barcos son abandonados en los puertos ya que "no es fácil sacar una barca que lleva por ejemplo un año en el amarre". "En las zonas que son competencia de los puertos o de Capitanía Marítima hay que contemplar la normativa marítima que protege muchísimo las propiedades del mar", resume el responsable de Calidad Ambiental.

Naves en los talleres

Otros propietarios llevan sus naves a talleres náuticos para repararlas o las dejan allí para hibernar. Una empresa del polígono de Son Castelló transmitió su preocupación al vaticinar que con la crisis económica serán muchos los dueños que una vez transcurrido el invierno, no pasarán a recoger sus embarcaciones. Temen lo peor porque no saben qué hacer con ellos.
Y con este panorama, una solución es hundir la embarcación en el mar. Aunque las leyes internacionales dejan muy claro que está absolutamente prohibido, este proceso se puede aplicar en las embarcaciones de madera con un permiso de Capitanía Marítima y con un exhaustivo proceso de descontaminación.
Normativa a parte, Josep Lliteres confirma que es muy frecuente el hundimiento de las naves en alta mar. "Los restos encontrados durante las campañas de limpieza ratifican que esta práctica es habitual", sentencia Lliteres. "Se trata de una práctica muy habitual bendecida por las costumbres marítimas. No lo perciben como un acto malo. No tienen conciencia del efecto residuo que ello provoca", detalla el director general de Calidad Ambiental.
Lliteres explica que aunque las naves hayan sido correctamente descontaminadas antes de hundirlas, produce cierto impacto y la suma de pequeños impactos produce un daño en el mar.
A pesar de que el desguace de las embarcaciones obsoletas supone un grave problema debido a la falta de normativa, la verdad es que los aficionados a la náutica tampoco se plantean qué harán cuando su embarcación ya no pueda navegar.

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