martes, 10 de febrero de 2009

Los tambores de la Sala

Domingo 08 de febrero de 2009


BARTOMEU BESTARD (*) No es exagerado decir que la Banda de Tambores del Ayuntamiento, conocida popularmente como els tamborers de la Sala, es una de las instituciones más reconocidas y estimadas por la ciudadanía, ¡cuántos niños de Palma han querido ser de mayores tamborers! No es gratuito que el regalo que se hace cada año al pregonero de la Fiesta de la Conquista, sea una estatuilla que representa a uno de estos famosos percusionistas.
En el fabuloso libro manuscrito de las Lleis Palatines, escrito por orden del rey de Mallorca, Jaime III, ya aparece la figura del tamborilero, incluso se le representa miniado, vestido con túnica. Por lo tanto, por una parte este cuerpo de tamborers aparece históricamente ligado estrechamente al ceremonial del poder político. De todas formas, el origen dels tamborers de la Sala también debe buscarse en las antiguas milicias medievales, época en que defendían la Isla els homes d´armes, es decir, todos los varones capaces de empuñar un arma -como el modelo del ejército suizo, diríamos hoy en día-. Estos milicianos se articulaban a partir de compañías, que únicamente se convocaban en casos de necesidad. El cronista Juan Muntaner documentó el nombramiento oficial de tambores en 1529. Se nombraron tres tamborers para que sirviesen durante todo el tiempo que estuviesen activas dos compañías de milicias. En 1601, aparece la figura del tamborer major y poco tiempo después la de tamborer mestre. En el siglo XVI se documenta en las instrucciones de Cerimonial redactadas por Miquel Malferit, a la sazón maestro de ceremonias de los Jurados de la Ciudad y Reino, al mencionarse varios actos en que los tambores intervenían. Entre las celebraciones dónde actuaban destacaban las manifestaciones en torno a la Fiesta de la Conquista (también conocida como la de l´Estendard); las solemnidades religiosas costeadas por los Jurados -luego, regidores-, en dónde la corporación municipal tuvo, hasta 1903, el privilegio de entrar hasta el presbiterio de la Catedral acompañados por el redoble de los tambores; al acompañar a los pregoneros -es saig-... Los tambores realizaban tocatas diferentes según requería cada ocasión. El redoble, que venía a ser un toque de atención, se utilizaba a la hora de pregonar los bandos de alcaldía, la Santa Bula... Otra tocata era la marcha de comitiva que aún hoy podemos escuchar en las grandes solemnidades civiles o religiosas, junto a la corporación municipal, los maceros, la guardia montada... Completaban este repertorio, la marcha militar y la lenta marcha fúnebre. Todas estas tocatas eran consideradas muy antiguas y de un ritmo particular, por ello la gente decía irónicamente que para componerlas "els tamborers de la Sala havian estudiat set anys devall terra". Otro aspecto que llama la atención dels tamborers es su vestimenta. Ya se ha visto que en tiempos del rey Jaime III los tamborileros vestían con túnica, tal como era costumbre en aquella época. Weyler Laviña, en su "Historia de las fuerzas orgánicas de Mallorca", afirma que "antiguamente los tamborileros vestían en ciertas festividades un ancho y largo ropón, de mangas anchas perdidas y gorras planas cuyos colores variaron". Realmente no sabemos con certeza como debieron vestir durante siglos. En cambio sí sabemos cuando empezaron a usar el uniforme que todavía hoy sigue en uso. En 1824, el lamentable estado de los uniformes provocó que el marqués del Palmer, regidor del Ayuntamiento, propusiese al consistorio designar una comisión para proponer el diseño de un nuevo uniforme. Se creó la comisión y, finalmente, se decidió por el diseño que había presentado el pintor oficial municipal, Pere A. Umbert. De todas formas, el diseño no debió de diferir mucho del uniforme anterior, pues se encargó al mismo tiempo, y al mismo sastre, la confección de los nuevos uniformes y el arreglo de los viejos. Muntaner Bujosa describe los uniformes de los "tamborers de la Sala" de la siguiente manera: "Pechera blanca con chorrera; chaleco y calzones cortos de paño rojo con banda azul. Holgado chabán azul, también de paño, con chatarreras, bocamangas y una banda en los externos de la prenda también rojas; cintas del mismo color cubren las costuras. Medias rojas y zapatos bajos negros; gorra o boina azul con cintas radiales rojas". Esta descripción corresponde al traje de gala, y que es el que nosotros conocemos, pero había otro modelo, hoy suprimido, que se diferenciaba por sus pantalones largos y rojos con banda azul. Curiosamente este último modelo era el que se utilizaba de forma más habitual y se dejó de usar hacia la década de los años sesenta del pasado siglo. Muntaner prosigue diciendo que el tamborer major lleva un uniforme diferente del resto de la banda: "porta medias blancas, casaca de paño azul oscuro con galones dorados, y se cubre la cabeza con un bicornio. Como insignia de su cargo lleva un largo y grueso bastón rematado con un gran pomo de metal".
La próxima vez que tengamos la ocasión de oír el redoble de los tamborers de la Sala, podemos acompañarlos susurrando aquellos versos escritos por Pere de A. Peña, que en su rima y versificación buscan la rítmica onomatopeya del batir de los tambores: ¿D´ont sont? - ¿D´ont! / De la Sala. - bons sons son. / - Tambors / que fan honors als senyors Retgidors...

(*) Cronista oficial de Palma

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