miércoles, 14 de enero de 2009

Sa Torreta: La herencia de Ribas persiste

Miércoles 14 de enero de 2009

industria
JOAN RIERA Vicenç Juan Rosselló, alias ´Ribas´, forjó un imperio textil en las segunda mitad del siglo XIX. Sus siete fábricas ubicadas en sa Gerreria, la Soledat, sa Vileta, Establiments y Son Sardina llegaron a emplear a casi personas. Las mantas que fabricaba se exportaban a toda la península y a Filipinas, Puerto Rico, Cuba o Estados Unidos. La necesidad de abastecerse de materia prima -la lana de las ovejas- le impulsó a abrir una delegación comercial en Casablanca que negociaba con los pastores del norte de Africa. También manufacturaba tejidos de algodón.
Los restos del negocio pervivieron hasta hace pocos años, cuando cerró la tienda familiar de la calle Sant Nicolau.
Y hoy, ¿qué queda del imperio levantado? Todos los palmesanos han heredado dos extraordinarios ejemplos de cómo los edificios construidos sólidamente pueden tener, como los gatos, varias vidas.
La antigua tienda se ha reconvertido en un café de éxito de la cadena Capuccino. La fábrica de la calle Ferreria, en un barrio de sa Gerreria a punto para la resurrección, es un activo centro sociocultural del Ayuntamiento de Palma.
Por el Capuccino de Sant Nicolau pulula el ambiente de tienda añeja. Los mostradores sobre los que expertos vendedores extendían la roba de llengos ahora se llenan con aromáticas tazas de café. Los estantes siguen almacenando telas y catálogos como si el tiempo no hubiera pasado ni la función hubiera variado.
La estructura propia de la arquitectura industrial del Centre Flassaders de sa Gerreria se ha transmutado con una facilidad asombrosa de la fábrica -que cesó en su actividad en 1965- a la cultura. Los espacios antes ocupados por telares, almacenes y despachos acogen con total naturalidad los talleres de restauración o de memoria o exposiciones sobre diseño industrial y fotografías antiguas. Los arcos del patio que se utilizaba como distribuidor central, las vigas de hierro y las columnas de fundición otorgan carácter a un edificio que multiplicará su interés en cuanto acaben las obras de sa Gerreria.
La herencia de ´Ribas´ sigue entre nosotros. Es el ejemplo de los edificios bien construidos pueden adaptarse a las necesidades de los nuevos tiempos y que no es necesario ser aztecas, que cada 52 años daban por acabado el mundo y comenzaban a construirlo de nuevo.

Fuente