domingo, 18 de enero de 2009

Adema registra un total de 32 yacimientos submarinos en Palma y Cabrera

Sábado 17 de enero de 2009


M. ELENA VALLÉS. PALMA. El tercer tomo del proyecto de carta arqueológica elaborado por Adema recoge de modo somero los 32 yacimientos que de momento se han documentado y han sido estudiados y excavados de toda la bahía de Palma y Cabrera.
Entre ellos se encuentran, por ejemplo, hasta doce distintos en la isla de Cabrera, el Baix des Vapor, otros en el Port de Cabrera, en el Caló de Santa Maria, en la Punta de Sa Corda, en el Caló de l´Olla, en Sa Corrent, L´Olla, en la Cova de la Llumeta, en El Sec, el Cap de Cala Figuera, Palma Nova, Illot de´n Sales o Caló des Palangrers. También se encuentran varias torres, como la Torre de´n Pau, la Torre de Paraires o el Castell de Cabrera.
Con el fin de realizar este inventario, jamás realizado hasta ahora, se ha tenido que realizar una revisión bibliográfica intensa, para poder establecer un estado de la cuestión.
Se sabe que los primeros trabajos de intervención en yacimientos submarinos mallorquines se iniciaron en 1970 sobre el pecio del Sec. Y que continuaron en 1977 en la nave romana de la Colònia de Sant Jordi. En la época también se comenzaron a realizar prospecciones sistemáticas en el puerto de Cabrera y en la ancorada del castillo de esta misma isla. Otra cuestión que se ha tenido en cuenta es la carta arqueológica submarina de Mascaró Pasarius, "la cual ha sido contemplada con cierto escepticismo" por parte de la empresa encargada del proyecto, "ya que la fuente de información de estos yacimientos no es directa ni tan sólo fiable". En el 95 el Consell reprendió las investigaciones en esta materia.
Se han consultado asimismo hasta 13 bibliotecas distintas, como la del Museu de Mallorca, la de la Societat Arqueològica Lul·liana, la de la Fundació Juan March, la del Arqueológico Nacional, el Archivo de la Armada, la del Museo Naval de Madrid o en la Biblioteca Nacional. Los museos de la isla también han sido fuente de información.

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Torre de defensa del Cap de Cala Figuera, un lugar marcado en el mapa de yacimientos subacuáticos
Torre de defensa del Cap de Cala Figuera, un lugar marcado en el mapa de yacimientos subacuáticos

El proyecto de carta arqueológica subacuática de Cort presupuesta el documento en un millón de euros


Sábado 17 de enero de 2009


Seis meses es el lapso de tiempo necesario para desarrollar los trabajos de prospección submarina. El consistorio convendrá la financiación con el Consell de Mallorca

M. ELENA VALLÉS. PALMA. Tres informes encuadernados guardan entre sus páginas las pautas a seguir para redactar la carta arqueológica subacuática de la bahía de Palma (incluyendo Andratx y Calvià) y Cabrera. La carpeta que los contiene está en el despacho del director general de Patrimonio, Archivos y Bibliotecas del ayuntamiento, Ferran Tarongí. "Trabajamos conjuntamente con el Consell. Lo suyo es que este programa piloto sobre cómo elaborar una carta de estas características les sirva también a ellos para redactar la de todos los yacimientos de la isla", señala. La financiación también se pactaría con el Consell, quien mantiene relaciones con Madrid para que subvencione el proyecto.
Uno de los informes va desglosando las distintas tareas que deberían desarrollarse para llevar a cabo la prospección o búsqueda de yacimientos en el fondo marino. Por una lado, deberían usarse métodos de teledetección submarina mediante uso de ecosondas, sensores y magnetómetros, que harían un barrido del terreno. Para cada vez que se hallen anomalías en la superficie, se deberá contar con un equipo de buceadores que tendrá que examinarlas. En este punto, señala Tarongí, que pese a que el proyecto indique que durante el proceso de prospección se recogerán materiales arqueológicos para determinar la atribución cultural y fecha de los mismos, no es partidario de ello, "pues los restos darían problemas. No hay un museo marítimo donde guardarlos en condiciones".
Tras los trabajos de prospección subacuática, se elaborará una memoria sobre los resultados que recogerá los objetivos de la búsqueda, los recursos empleados, la metodología, los profesionales que han trabajado en el rastreo, los resultados, planos y dibujos, fichas de inmersión, fotografías y un apartado de conclusiones.
El personal técnico que deberá llevar a cabo toda esta labor tendrá que estar formado por un director técnico, otro científico, técnicos de teledetección, un patrón de embarcación, marineros, buceadores, arqueólogos y un restaurador. Todo este conjunto de trabajos debería desarrollarse en un periodo de seis meses y ascendería a un millón de euros.
La empresa encargada del proyecto, la madrileña Auditores de Energía y Medio Ambiente (Adema), ha redactado también un plan de comunicación y sensibilización para informar de la relevancia del patrimonio histórico subacuático a la ciudadania. Tarongí manifiesta que ya están trabajando en una página web de patrimonio de la ciudad y que entre sus intenciones está la de poner en marcha un plan de voluntariado.

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