miércoles, 19 de agosto de 2009

La pesca tiene fecha de caducidad: 2048

Laura Jurado | Palma miércoles 19/08/2009

Imagine por un momento que en su restaurante o marisquería favorito ese pescado que siempre pide luciera en la carta con un asterisco a su lado: «Este plato se prepara con una especie en extinción, por favor pida una alternativa al camarero». Lo que por el momento aquí es sólo una suposición es ya realidad en otras partes del mundo. El restaurante Nobu de Londres tuvo que hacerlo con su sashimi de atún rojo después de las críticas de Greenpeace por consumir un pescado en camino de una rápida extinción por su sobrepesca. Y no es el único, los científicos calculan que en 2048 se agotarán todos los recursos pesqueros. Será el punto y final que el periodista Charles Clover predijo en The End of the Line y que el cineasta Rupert Murray llevó a la pantalla. El Aquarium de Palma proyectará el documental el próximo 25 de agosto en su estreno en España al que acudirán miembros de la Casa Real.

Grabado alrededor del mundo –desde Gibraltar a Senegal, y desde Alaska hasta el mercado de pescado de Tokyo– con la participación de científicos, pescadores y funcionarios encargados de hacer cumplir las normas pesqueras, The End of The Line pretende ser una llamada de atención. Es la primera película en mostrar los efectos de la sobrepesca sobre los oceános, el consumo ignorante en los restaurantes y el fin de los recursos pesqueros que los científicos calculan para el año 2048.

«Si se tratara de animales terrestres habría una revuelta enorme, pero es un problema del que ni nos damos cuenta ni nos preocupamos porque ocurre en los mares», afirma la directora del departamento de Educación del Aquarium de Palma, Debora Morrison. El consumo de especies en peligro de extinción como el atún rojo o el pez espada han aumentado en paralelo al desarrollo de la tecnología. Las formas tradicionales de pesca por su propia dificultad suponían una autorregulación de las cuotas. «Los avances han hecho que se localizara a los bancos de atunes con GPS desde un avión para después poder pescarlos. Una práctica que ahora está totalmente prohibida», explica Morrison.

El auge del sushi y el sashimi han hecho proliferar restaurantes especializados en estas comidas. Un éxito que, según la directora, hace que sólo en la ciudad de Tokyo existan ya más de 7.000. Y, al mismo tiempo que desciende la cantidad de pescado disponible, su precio aumenta en las cartas.

«Todos tenemos responsabilidad: consumidores, pescadores y políticos. Sin consumo no habría demanda y entonces no haría falta la regulación», asegura Morrison. La pregunta es, ¿sabemos realmente qué comemos en los restaurantes? Algunos sondeos apuntan que el 96% de los españoles asegura que jamás comería tiburón sin saber que esta especie llega a las mesas en forma de cazón.

Pese a que algunas cadenas de restaurantes han optado por eliminar radicalmente cualquier producto elaborado con atún, existen otras soluciones. «El 80% del pescado que utiliza McDonalds proviene de la pesca sostenible.

Lo importante es respetar las cuotas que se establecen y crear más reservas de protección marina», detalla la directora. Otra de las medidas indirectas es recortar las flotas pesqueras que actualmente se encuentran sobredimensionadas. Tanto que sólo la española representa el 25% de toda la flota europea.

«Los países tienen que regular y hacer pagar un precio justo, retirar licencias. Es como el carnet por puntos, ahora la gente se lo piensa dos veces a la hora de cometer una infracción. Pero también hace falta buena voluntad», añade la directora. «Siempre hace falta una reacción muy grande para que la gente cambie, pero necesitamos que no llegue demasiado tarde».

El escaso número de atunes existente en la actualidad hace temer una recuperación imposible como ya ocurrió con el bacalao del norte. El documental –que se estrenó en enero en el Festival de Sundance y que se proyectará a las 19 horas el próximo día 25 con presencia de la Casa Real– muestra como la población de Newfounland en Canadá pasó de ser epicentro mundial de la pesca de bacalao a ser un pueblo fantasma al haber agotado todos sus recursos. La fecha límite: 2048.

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