Halcón peregrino en la Seu de Mallorca. Foto: Nicolás Gallego Rojas
MIGUEL VICENS. PALMA. "Sufrimos ataques diarios y algunos de los halcones se alimenta directamente sobre nuestros palomares de Palma", denunció ayer Miquel Àngel Veny.
La Federación Balear de Colombofilia se manifestó ayer en contra de la reintroducción del halcón peregrino en la Seu de Mallorca para preservar su patrimonio exterior. Además, aseguró que los supuestos beneficios que la medida posee para proteger las fachadas del templo de la acción de las palomas salvajes que viven en la ciudad no son tales, mientras que las aves rapaces causan graves perjuicios a las palomas mensajeras.
"En Palma no había halcones y desde que se han vuelto a introducir los socios de la federación, un total de seis clubes en la ciudad, se quejan, porque sus palomas sufren más ataques y además pierden muchos ejemplares", explicó ayer Miquel Àngel Veny, presidente de la entidad, que aclaró que, en cambio, la presencia de los halcones peregrinos en las terrazas superiores de la Seu, no tiene ningún efecto sobre las colonias de palomas salvajes.
"Me sorprende que esta iniciativa esté avalada por técnicos de la conselleria de Medio Ambiente, porque las palomas salvajes que vuelan entre los edificios o que se posan en la Seu no se sienten amenazadas por la presencia de halcones", aclaró. "Sencillamente, porque estas palomas nunca vuelan por encima de los edificios y los halcones, que necesitan altura para cazarlas al vuelo, son incapaces de alcanzarlas en línea recta. Y mucho menos entre edificios", detalló. Según explica, Miquel Àngel Veny, todo lo contario ocurre con las palomas mensajeras, que realizan vuelos altos y cuando llegan cansadas despues de largas travesías se convierten en presa fácil.
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