martes, 18 de agosto de 2009

La Fundación Marineland soltará tres tortugas marinas en Cabrera

Europa Press | Palma martes 18/08/2009

La Fundación Marineland liberará el próximo 27 de agosto en la isla de Cabrera tres tortugas marinas recuperadas en el último año por esta entidad, después de haber sido encontradas heridas en aguas de Mallorca, gracias a un programa financiado por el Ejecutivo autonómico, Marineland y la Fundación Aspro Natura.

Al acto, que se iniciará con la excursión en barco desde la Colonia de Sant Jordi a la isla de Cabrera a las 09.30 horas, asistirán el presidente del Govern, Francesc Antich, el conseller de Medio Ambiente, Miquel Ángel Grimalt y el director general de Caza, Proteción de Especies y Educación Ambiental, Pere Ramon Bonet.

Por otra parte, hasta el último momento será una incógnita si a la suelta de tortugas asistirán abordo del yate 'Fortuna' miembros de la Familia Real, tal como sucedió el año pasado, cuando acudió la Reina doña Sofía acompañada de sus nietos, Victoria Federica y Felipe Juan Froilán de Todos los Santos, hijos de los Duques de Lugo, la Infanta Elena y Jaime de Marichalar. Asimismo, la Reina llegó acompañada de su amiga íntima Tatiana Ratchild y de la princesa Alia de Jordania, quien acudió junto a su primogénita y sus otras dos hijas gemelas.

A través del citado programa, la Fundación Marineland recoge durante todo el año ejemplares de tortugas heridas de la especie 'Caretta caretta', algunas de las cuales son encontradas muertas, mientras que otras fallecen en el centro. Por su parte, el resto de ejemplares que sobreviven son atendidos por los biólogos de Marineland, quienes se encargan de recuperar a las tortugas afectadas por desnutrición y deshidratación, neumonías y, en algunos casos, presentaban graves lesiones internas tras haber tragado plásticos o anzuelos de palangre.

En ocasiones, los biólogos se ven obligados a amputar algunas de las aletas de las tortugas, después de que éstas quedaran estranguladas por restos de redes y plásticos. Por otro lado, también llevan a cabo intervenciones quirúrgicas, con el fin de extraer a las tortugas los anzuelos de palangre que suelen quedarse clavados en su cuello o paladar.

No obstante, estas especies de tortugas están dotadas de una extraordinaria resistencia, por lo que pueden llegar a sobrevivir a graves enfermedades, traumatismos y mutilaciones, siempre y cuando se les preste una atención médica adecuada. En este sentido, la Fundación Marineland acude desde 1999 a los rescates de los ejemplares varados, con el fin de rehabilitarlos y, posteriormente, liberarlos en aguas del Parque Nacional de Cabrera.

Además, algunas de las tortugas recuperadas y liberadas en su medio natural son equipadas con un transmisor vía satélite, que emite una señal cada vez que la tortuga sube a la superficie a respirar, lo que permite un seguimiento detallado, preciso y en tiempo casi real de la posición y rumbo de las tortugas, con el fin de que los biólogos de Marineland conozcan su distribución espacial y temporal en el Mediterráneo a lo largo del año.

Nadando hasta el norte de África
Gracias a estos transmisores, la Fundación Marineland ha detectado que algunas tortugas liberadas en Cabrera durante los últimos años han llegado nadando hasta el norte de África. Asimismo, estos animales llevan instaladas unas placas mecánicas con un número, con el objetivo de identificarlas en caso de que sean vistas o rescatadas de nuevo.

Así, esta entidad hace un llamamiento para que aquellas personas que encuentren heridas a una tortuga, mantengan al ejemplar, ya sea vivo o muerto, en un lugar húmedo y fresco y llamen al 112, con el fin de que los biólogos puedan estudiarlo.

Durante el periodo 1993-2008, Marineland ha registrado en las costas de Baleares 554 varamientos de tortugas marinas, de las cuales 550 eran ejemplares de la Tortuga Boba Caretta Caretta, tres de Tortuga Laud Dermochelys coriacea y una de Tortuga Verde Chelonia midas. La principal causa de varamiento fue la captura accidental con palangre de superficie (43 %), mientras que un 35% se debió a animales que alcanzaron la costa ya muertos y su estado de conservación no permitió investigar la causa que provocó el varamiento.

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