martes, 21 de abril de 2009

El edificio del Consolat de Mar

Domingo 19 de abril de 2009

crónica de antaño
BARTOMEU BESTARD (*) Consolat de Mar es el nombre con que se conoce a la sede de la presidencia del Govern Balear. Este edificio forma parte de un bello conjunto arquitectónico conformado por la majestuosa Lonja, un jardín -cuyo acceso principal es a través de la porta vella del Moll, puerta que fue de las antiguas murallas-, un bello oratorio, hoy convertido en salón de actos o de conferencias, y adosado a éste, el propio Consolat. Todo el conjunto ocupa un solar privilegiado de Palma, el paseo Sagrera, el cual forma parte de esa hermosísima primera línea de la ciudad, conocida por gente de todo el mundo. Del edificio del Consolat destaca precisamente la fachada que mira al mar, donde se encuentra el acceso principal al edificio, siendo la logia de la planta principal el elemento más llamativo. En esta misma fachada también se localiza en su extremo meridional una torre blasonada por un reloj y coronada por una campana. En fin, el edificio es muy conocido, al menos su fachada principal. En cambio, lo que no son tan conocidos son sus orígenes.
Al gozar de una privilegiada situación estratégica entre las diferentes rutas comerciales marítimas del Mediterráneo, los siglos XIV y XV fueron un período destacado en la historia del comercio mallorquín, pionero en las rutas africanas, con consulados en los puertos más destacados del Mare Nostrum y cuyas actividades llegaban incluso a los puertos del Mar del Norte europeo. Ante esta realidad apareció el dinámico e influyente Col·legi de la Mercaderia de Mallorca, formado por un Consell de veinte miembros y encabezado por dos defenadors. Esta institución tenía como principal objetivo promocionar y defender los intereses del sector, así como recaudar impuestos propios, a partir de privilegios que les había otorgado la Corona. Otra institución relacionada -que no dependiente- con el Col·legi fue el Consolat de Mar, cuya función era la de tribunal gremial y policía del puerto. Tal como explica el doctor Piña Homs, las primeras noticias que se tienen del Consolat se remontan a la época de Jaime II de Mallorca. Unos años más tarde, en 1326, a súplicas de los jurados de la Universidad, Felipe de Mallorca -a la sazón regente del reino durante la minoría de edad de su sobrino Jaime III- dispuso que se designasen dos consules maris para que resuelvan las querellas inter mercatores, patronos et marinarios. Esta institución estaba vinculada directamente con la Universidad de la Ciudad y Reino de Mallorca, hasta que, con la reforma institucional llevada a cabo por Felipe V a partir de 1715, pasó a depender de la Real Audiencia. En 1800, una Real Cédula dispuso la creación del Real Consulado de Mar y Tierra, el cual heredó las funciones y el patrimonio del gremio de mercaderes, así como se le traspasaron las competencias del antiguo tribunal del Consolat de Mar.
Contrariamente a lo que se puede pensar, la antiquísima institución del Consolat nunca tuvo su sede en el edificio que hoy recibe su nombre. Desde sus inicios hasta el siglo XVIII los miembros del Consolat se reunieron en la Lonja. El cronista del Reino (1631), Joan Dameto, explica que el Consolat "tiene audiencia verbal en la lonja". Casi un siglo más tarde, es el fiscal Malonda (1715) quien en un informe precisa que "los cónsules tienen su tribunal en la casa de la lonja del mar. Es lógico que fuese así, pues la Lonja era el lugar de referencia desde el siglo XV. Por tanto el edificio que hoy conocemos como el Consolat de Mar, construido durante el siglo XVII, no dejó de ser más que un almacén o, como apuntó el archiduque Luis Salvador, "una dependencia de la lonja".
La razón por la cual, en la actualidad, la sede presidencial del Govern balear se denomina Consolat de Mar, se debe a que, como ya se ha apuntado más arriba, se creó en 1800 el Real Consulado de Mar y Tierra, organismo que sí se instaló en el actual edificio presidencial. Es en esos momentos cuando se hacen importantes obras de mejora en el edificio, tales como la escalera elíptica y la sala de juntas decorada con un bello artesonado. En 1868 esta institución desapareció definitivamente, al publicarse el Decreto de Unificación de Fueros. Durante el resto del siglo XIX, el edificio se convirtió en la sede de la Junta Provincial de Agricultura, Industria y Comercio. Al desaparecer la Junta Provincial, el edificio pasó a manos del ministerio de Educación. Allí estuvo durante décadas la escuela de Magisterio femenina y una guardería. A mediados del siglo XX, en el piso principal se instaló la sede de la Jefatura Provincial del Movimiento, mientras que la planta baja se transformó en Museo Marítimo, hoy por desgracia desaparecido. Ya en los años setenta y ochenta del siglo pasado se hicieron una serie de reformas para convertir el Consolat de Mar en sede de la presidencia del Govern balear.
Repasando la historia de este edificio uno se da cuenta que el tiempo lo ha ido dignificando. De dependencia de la Lonja ha llegado a ser sede presidencial del gobierno autonómico. Tres han sido los factores que han contribuido a ´vestir´ lentamente el edificio: el solar y el entorno singular en que se encuentra, entorno que mejoró considerablemente cuando en 1873 se derribó el lienzo de muralla que separaba el mar del Consolat; la logia de estilo clasicista, mirador privilegiado de la bahía palmesana con su horizonte ornamentado por el centinela pétreo que es el castillo de Bellver; y, por último, la acertada intervención de Gabriel Alomar que sin duda acabó por darle la prestancia necesaria al edificio, concretamente realizando la apertura del portal de acceso, con arco de medio punto, las ventanas enrejadas, así como la ornamentación del edificio a partir de piezas artísticas pertenecientes al antiguo Museo Provincial -en aquellos momentos con sede en la Lonja-, entre las que destaca la bella lápida del ángel custodio de los mercaderes colocada en la fachada principal.

*Cronista oficial de Palma

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