miércoles, 6 de mayo de 2009

Llega a Balears la ´carabela portuguesa´, la especie más peligrosa de las medusas

Miércoles 06 de mayo de 2009

I. OLAIZOLA. PALMA. Responde al nombre científico de Physalia phisalys, es más conocida como carabela portuguesa, aunque algunos medios sensacionalistas han decidido rebautizarla como medusa asesina. Y en puridad no se trata de una medusa, es un tipo de hidrozoo de la subclase de los sifonóforos, como ilustró la mayor autoridad en medusas del Mediterráneo, Josep Maria Gili.
Tal y como informaba ayer Diario de Ibiza, al menos cinco ejemplares de este sifonóforo han aparecido en los últimos días en varios puntos diferentes de la costa de Formentera: dos en las cercanías de la playa de Migjorn y las otras tres en Punta Pedrera, Cala Saona y La Savina.
"Este sifonóforo es el más peligroso de todos. Está formado por varios pólipos, uno en forma de flotador que mide entre 20 y 25 centímetros, y otros por debajo de éste que conforman los tentáculos. En una carabela de estas dimensiones los tentáculos pueden llegar a los 10 metros de longitud. En otras cuyos flotadores alcancen los 30 o 40 centímetros, pueden llegar a medir hasta treinta metros, aunque las más habituales por el Mediterráneo son las primeras", señaló Gili, que resaltó que los tentáculos de las carabelas portuguesas concentran 10 veces mas células urticantes que una medusa normal: "Tienen 10 veces más veneno que una pelagia".
Aunque esta especie pelágica tiene su hábitat en las aguas cálidas de todos los oceános del mundo y es más habitual verla en el Atlántico, no es inusual su presencia en el Mediterráneo.
"En febrero ya se avistaron ejemplares en Torremolinos y Málaga y hace unas semanas se vieron en Murcia. Que hayan aparecido ahora en Formentera entra dentro de lo lógico y es producto de la entrada de corrientes de agua caliente procedentes del Atlántico hacia el Mediterráneo por el Estrecho de Gibraltar", indicó Gili.
Para este estudioso de los cnidarios, la presencia de este peligrosa especie durante los meses de verano en aguas baleares dependerá del número de ejemplares que se encuentren en mar abierto. "Auguro que podrían llegar a las costas algunos ejemplares, no muchos, y en los primeros meses del estío", tranquilizó el científico.

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