La dirección general del Mar reclama un espacio en el Moll?Vell para construir el centro museístico, y Autoritat Portuària condiciona su cesión a la existencia de una "petición de consenso" entre Govern,?Consell y Cort
MATEU CUART. PALMA. La construcción del tantas veces invocado Museu Marítim de Mallorca se halla inmersa en un atolladero burocrático desde que, el pasado mes de julio, la Autoritat Portuària anunciara que trasladaría sus oficinas al antiguo edificio de Trasmediterránea.
"Cuando proponen la reforma, renunciamos a ubicar allí el museo, pero les pedimos otro espacio y todo han sido complicaciones", señaló a este rotativo el director general del Mar, Tomeu Calafell, partidario de aplazar la concreción del acuerdo para la recuperación del centro museístico que escenificaron hace un año en el Parc de la Mar los titulares de Medio Ambiente de Govern, Consell y Cort hasta que la Autoritat Portuària les ceda un espacio. "Queremos tener primero la base física, pero tanto el Consell como el Ayuntamiento de Palma han mostrado su predisposición a la creación del museo", apuntó el director general, para quien es "en la actitud de la Autoritat Portuària" donde radica el problema.
"La primera fase de un edificio nuevo, de unos 1.500 metros cuadrados, adjudicado, construido y abierto, costaría unos tres millones de euros, que no son problema porque el Govern podría recurrir al uno por ciento cultural", abundó Calafell, abierto a cualquier forma de cesión con la condición de que el edificio se ubique en el Moll?Vell.
Desde la entidad gestora de puertos, por su parte, sostienen que, tras una propuesta inicial "que no llegó a cuajar", recibieron a finales de enero una solicitud formal de la conselleria de Grimalt para la cesión de un solar que rechazaron por no proceder de un acuerdo institucional. "Los puertos son un patrimonio del Estado, y para justificar la cesión hay que hacerlo a través de una petición de consenso", apuntaron fuentes de la Autoritat Portuària, que verían también con buenos ojos una petición desde una proyectada Fundació Museu Marítim, rechazada por los asesores jurídicos del Consell y por el propio Calafell, que considera improcedente "crear figuras de gerencia y gastos innecesarios".
Y mientras la cuenta sigue pendiente, la dirección general del Mar trabaja ya en el contenido del que "podría ser el mejor museo marítimo del Mediterráneo, con embarcaciones vivas en el mar como La Balear, que es un Bien de Interés Cultural", recordó Calafell, quien lamenta que su lucha "no sea con Madrid" y aboga porque el president Antich, que nombró a su homólogo en la Autoritat Portuària, interceda ahora en defensa del museo.
"Hemos llegado a un acuerdo para restaurar piezas en la iglesia de la Sang, hacemos tareas de investigación en museos como el de Sóller y el de Lluc, y tenemos información concreta de un particular sobre la colección Planes, integrada básicamente por cuadros que compró Joan March Ordinas y que se ha desperdigado", reveló el político, dispuesto, si fuera necesario, "a comprar, si se pusieran a la venta, piezas que nunca deberían haber salido de Mallorca".
También el inventario del antiguo museu, compuesto por una colección de 285 piezas, entre las que se encontraban recuerdos del capitán?Antoni?Barceló, amén de maquetas, pinturas y artilugios navales, muchas de los cuales yacen hoy en la Cambra de Comerç, el Consolat de Mar o la Banca March, se halla en posesión de Medio Ambiente, que tiene igualmente localizadas piezas particulares que podrían exhibirse en un museo que se escribe en condicional desde que, a comienzos de los 70, cerrara por reformas un centro inaugurado en 1951 en la planta baja del Consolat de Mar que jamás volvería a abrir.
Ambiciosas propuestas como la presentada por la conselleria de Cultura en 1989, que preveía un edificio con dos plantas, una de ellas bajo el mar, han quedado en nada, y no han perdido un ápice de valor las palabras de uno de sus más insignes impulsores, Xavier Pastor, ante una de las enésimas promesas políticas al respecto, frente a la que admitió:?"Yo ya no me creo nada".
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