jueves, 24 de septiembre de 2009

El penúltimo crucero del Saga Rose

Jueves 24 de septiembre de 2009

Náutica. Un barco histórico en el puerto El antiguo trasatlántico hace escala en Palma poco antes de ser retirado después de 44 años a flote

Saga Rose
Foto: M. R. Aguilera

MANUEL R. AGUILERA. PALMA. El puerto de Palma tuvo la escala ayer de un buque singular. Se trata del Saga Rose, un crucero considerado uno de los más bellos a flote, con 44 años de navegación en sus cuadernas y que, debido a las nuevas normativas de seguridad, deberá dejar de navegar a finales de año.
Este barco, uno de los más queridos por todos los amantes de los viejos trasatlánticos, fue originalmente construido en Francia, como el Sagafjord, para la compañía noruega Den Norske Amerikanlinie A/S con la idea de utilizarlo tanto en la entonces ya decadente ruta del Atlántico Norte entre Oslo y Nueva York como en la incipiente industria de los cruceros.
Su astillero constructor fue Forges y Chantiers de la Méditerraneé en La Seyne, con un coste de 30 millones de dólares. Fue oficialmente bautizado en Toulon, iniciando su viaje inaugural desde Oslo el día 2 de Octubre de 1965. Más adelante, en 1973, entró en servicio el Vistafjord, un buque relativamente similar al Saga Rose. Su reforma estructural más importante data de 1980, en la que se le añadió una cubierta más para el pasaje. En 1983 pasó junto a su hermano a la prestigiosa Cunard Line, que respetó los nombres originales, sufriendo en 1996 un aparatoso incendio en la sala de máquinas cuando navegaba cerca de las islas Filipinas.
Después de reparado, fue fletado por un periodo de 6 meses por el operador alemán Transocean Tours, que le puso el mítico nombre de Gripsholm, embarrancando cerca de Suecia en uno de sus viajes. Finalmente, en 1997 pasó a la que sería su última dueña, la compañía británica Saga Shipping, que le puso su actual nombre y le sometió a una importante reforma. Curiosamente, su hermano también ha acabado en esta empresa, con el nombre de Saga Ruby.
Tiene 188,9 metros de eslora, 24,9 metros de manga y un extraordinario calado de 8,3 metros que no alcanzan hoy día muchos buques cinco veces mayores que él. Su propulsión es mediante dos motores Diesel de 17.652 Kw de potencia para una velocidad de unos 20 nudos. Su capacidad de pasaje ha variado durante el tiempo y las reformas que ha tenido. Actualmente puede llevar 574 viajeros y 350 tripulantes.
Ayer realizó en el puerto de Palma su penúltima escala antes de ser retirado definitivamente. Se podía comprobar que aún conserva ese espíritu de los viejos trasatlánticos, muy diferente a los impersonales megacruceros actuales.
Sus equilibradas y elegantes líneas exteriores siguen creando admiración, fantásticas son sus cubiertas forradas de teca y sus interiores son cálidos e íntimos, siendo uno de los buques preferidos por los que quieren un crucero en un barco como los de antes.
La relación del buque con Palma empezó el 21 de octubre de 1966, fecha de su primera visita. Desde entonces no se ha prodigado excesivamente, dado que no ha tenido rutas fijas y se ha movido por todo el mundo. El puerto ha contabilizado 5 escalas como Sagafjord y 3 como Saga Rose, a la que habrá que sumar una más el mes que viene que será la última visita.
Posteriormente iniciará el 30 de octubre su ultimo crucero, que será un viaje de 37 días por todo el Mediterráneo (en el que ya no tocará Palma), que terminará el 6 de diciembre en el puerto de Southampton, dando así por finalizadas sus singladuras después de muchísimos años de navegación por todos los mares. En esta escala de ayer, el buque que vino consignado por Transcoma provenía de Cádiz y partió rumbo a Barcelona con 411 pasajeros, la mayoría de avanzada edad, dentro de un crucero Mediterráneo de 14 días.
Como ya hemos dicho antes, en octubre volverá en la que será su ultima escala y la despedida definitiva de este precioso barco del puerto de Palma.

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