sábado, 29 de noviembre de 2008

Un grupo de expertos alertan de los efectos perjuiciales de la mosca mediterránea en cosechas de Mallorca

Lunes 14 de abril de 2008


Investigadores europeos, africanos y de Oriente Medio que conforman el grupo de estudio de insectos dípteros de la familia 'tephritidae' han alertado en Palma de los efectos perjudiciales que la mosca de la fruta mediterránea puede provocar en las cosechas de Mallorca, donde destaca la incidencia de estas especies, por lo que aconsejaron el uso de métodos de control dirigidos a paliar las consecuencias de su presencia en los cultivos. EUROPA PRESS Así lo manifestó, en declaraciones a Europa Press, el coordinador del grupo y profesor del departamento de Biología del área de Zoología en la Universitat de les Illes Balears (UIB), Miguel Ángel Miranda, quien advirtió de que las plagas de esta mosca pueden generar importantes pérdidas económicas al ocasionar daños en los frutos, sean cuales sean - en menor medida en viñas y almendras- y provocar su caída prematura del árbol, derivando así en considerables limitaciones en las ventas.

Tal y como aseveró, en Mallorca la incidencia de esta especie, perteneciente a la familia 'tephritidae' al igual que la mosca de la aceituna, "es más fácil que se produzca" aunque está extendida por casi todas las zonas frutícolas de España. Se trata de una especie que "siempre ha sido problemática", subrayó Miranda.

Miranda, que entre los pasados 7 y 8 de abril estuvo presente en la reunión que el grupo de expertos llevó a cabo en la Universitat de les Illes Balears (UIB), explicó que este grupo de investigación se constituyó el 11 de mayo de 2005 en la sede de la Agencia Internacional de la Energía Atómica en Viena, donde se agruparon 60 investigadores de 30 instituciones procedentes de 30 países.

Respecto a los controles que se llevan a cabo para hacer frente a la incidencia de la mosca de la fruta mediterránea, el especialista explicó que algunos de los métodos que se emplean en la actualidad son los insecticidad, aunque recalcó la necesidad de buscar métodos alternativos que no dañen la cosecha y que no usen toxicidas, como trampas o machos estériles con el objetivo de reducir al máximo su descendencia.

En concreto, este díptero de amplia distribución geográfica procede del África sudsahariana, de donde se ha extendido a otras zonas templadas, subtropicales y tropicales de los dos hemisferios. A pesar de su origen se le llama también mosca mediterránea de la fruta, por ser en los países mediterráneos donde su incidencia económica se ha hecho más patente, afectando a numerosos cultivos entre los que destacan los cítricos y los frutales de hueso y de pepita.

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