El barco más emblemático de la naviera Holland America Line, con 292 metros de eslora, visita hoy Mallorca
JAVIER ORTEGA FIGUEIRAL. PALMA. Nuevo, estrenado en 2006. Elegante, con un brillante casco azul. Largo, de 292 metros de eslora. De gran capacidad, transportando hasta 2400 pasajeros y 800 tripulantes. Elegante, construido en los astilleros de Fincantieri de Italia y decorado a la europea. Todos estos son algunos de los rasgos del Noordam, el barco mas moderno de la Holland America Line, una compañía de navegación histórica, que hoy visita Mallorca durante diez horas.
El Noordam entrará en la bahía al amanecer y quedará amarrado en el muelle de poniente sur a las ocho de la mañana. Su silueta, coronada como los barcos clásicos por dos chimeneas, permanecerá en ese punto de Palma hasta las seis de la tarde, cuando zarpe hacia Túnez. Este barco está realizando un crucero de once dias con origen y destino en Civitavecchia, el puerto comercial de Roma. Tras la capital italiana ha visitado Livorno, Montecarlo y Barcelona. Tras Mallorca escalará en Túnez, Palermo y Nápoles antes de volver al puerto de Salida.
Holland America Line es una compañía fundada en 1873 originalmente dedicada a los viajes transatlánticos entre los Países Bajos y Estados Unidos. Sus clientes principales eran los emigrantes europeos que viajaban al nuevo mundo, y en su primer cuarto de siglo de existencia transportó cerca de un millón de personas en sus seis vapores. En 1895, la naviera aprovechó la disponibilidad de uno de sus barcos para experimentar un nuevo tipo de viajes: un crucero turístico, donde lo importante no era llegar sino el viaje en sí. El segundo experimento lo realizó en 1910 con una travesía desde Nueva York hasta el mediterráneo oriental.
Aunque los viajes de placer fueron repetidos con éxito, el negocio principal de la compañía eran los viajes de línea regular, hasta que al inicio de la década de los 70, con la fuerte implementación de los aviones a reacción en rutas transoceánicas, los barcos perdieron casi toda su cuota de mercado. Todos l os barcos de la compañía se dedicaron desde entonces a realizar exclusivamente cruceros.
La compañía tiene actualmente 14 buques en su flota y forma parte de la poderosa corporación Carnival, que agrupa una decena de compañías, aunque cada de estas mantiene su marca, estilo y mercado. La Holland America es precisamente una de las divisiones de prestigio de la corporación, que dentro del mundo de los cruceros se considera como ´premium´, una calificación que está por debajo de los barcos de superlujo, pero muy por encima del otras navieras que ofrecen un producto mas popular y económico.
El Noordam tiene algunos rasgos de calidad claramente visibles, y otros que están en un segundo plano pero que denotan la modernidad del barco y el interés de la compañía por los nuevos tiempos en esta industria turística. Entre los primeros está la decoración del barco, a la europea, con un estilo bastante sobrio que en muchos detalles pretende emular los viejos tiempos de la navegación transoceánica. En varias zonas comunes, el barco exhibe obras de arte de renombrados artistas, sobre todo europeos, en lo que es una costumbre de la compañía. La restauración está especialmente cuidada, un valor que se ha de tener en cuenta sabiendo que viajan unos 2.000 pasajeros de media a bordo, y se da una especial importancia a la decoración floral en todas las zonas comunes, entre ellas un teatro de cuatro plantas para 900 personas.
Los pasajeros se alojan en cuatro tipos de cabinas, desde las suites de 122 m2 a los camarotes dobles de algo más de 20 m2. Estas diferencias se traducen en los precios: por un crucero de 11 días como el que está realizando el Noordam los pasajeros pagan entre 1.800 y 4.000 euros.
Para la escala en Palma, la compañía tiene previstas hasta 14 excursiones que van desde el disfrute de una paella -prometen que de calidad- a la visita al centro de la ciudad o un largo paseo por Palma en bicicleta saliendo desde el mismo barco. Otras alternativas son Valldemosa, incluyendo un pequeño concierto, la costa de Calvià en kayak o las inevitables coves del Drac. Diez horas muy bien aprovechadas en la isla antes de seguir viaje hacia África.
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