miércoles, 30 de diciembre de 2009

martes, 29 de diciembre de 2009

La pesca de palangre, una amenaza para la pardela balear

Elena Soto | Palma martes 29/12/2009

Científicos del Instituto de Investigación para la Gestión Integrada de Zonas Costeras (IGIC) de la Universidad Politécnica de Valencia, en colaboración con investigadores del IMEDEA, están estudiando la incidencia de la pesca de palangre en la mortandad de la población de pardela cenicienta y pardela balear en el Mediterráneo.

Actualmente, la pardela cenicienta está catalogada en la Comunidad Valenciana como especie vulnerable y la balear está en peligro de extinción a escala nacional.

A partir de los estudios realizados, concluyen que una de las posibles causas del declive de las poblaciones de pardela sea el palangre, modalidad consistente en largas líneas de anzuelos con cebo que van detrás de los barcos.

Entre los principales factores que influyen en la mortandad de las aves se encuentra la hora de calar palangre, ya que la que es ideal para los pescadores –justo al amanecer– es la peor para las aves.

Otra de las posibles causas es la reducción de los stocks pesqueros: ya que al haber cada vez menos pesca, las aves recurren a los palangres o arrastreros con los riesgos que ello conlleva, y no sólo por ser un recurso fácil, sino también porque hay menos comida en el mar.

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El otro tesoro de la Cartuja

Laura Jurado | martes 29/12/2009

En 1932 Mallorca estuvo a punto de perder uno de sus tesoros más valiosos y desconocidos: la farmacia monástica de la Cartuja de Valldemossa había cerrado sus puertas apenas unos años antes y un anticuario catalán pujaba por la compra de todo el material. Hoy el doctor Jaume Mercant sigue siendo el único en haber inventariado una botica con tres siglos de historia.

El convento de San Francisco de Paula en Palma fue el primero en iniciar en la Isla la historia de las farmacias conventuales. Una realidad escrita principalmente en el siglo XVIII pero los benedictinos habían iniciado ya en el siglo VI con las boticas monásticas. "Hubo incluso reyes que sacaron a los monjes de la clausura para que se dedicaran a ellas", afirma el doctor Jaume Mercant.

Instalados en el siglo XXI la farmacia de la Real Cartuja de Valldemossa se constituye como la más completa y mejor conservada de todos los monasterios cartujos de Europa. Pese a que existen documentos que hablan de una enfermería primitiva a finales del XVII, no es hasta 1722 cuando se constata la existencia de la farmacia monástica. "La iniciativa partió de los propios monjes con dos objetivos principales: por un lado solventar la pésima asistencia médica que existía y, por otro, conseguir ingresos para la comunidad con la venta de los productos", explica Mercant.

La antigua farmacia de la Cartuja lindaba con el exterior de la clausura y con la zona de obediencias, ya que era un hermano –que a diferencia de los consagrados no podía decir misa– quien la regentaba. Enfrente se situaba el jardín botánico con plantas medicinales que hoy se mantiene como jardín convencional y la propia botica estaba dividida en dos zonas: la sala destinada a la dispensación y otra estancia en la que se guardaban los instrumentos para trabajar y elaborar los fármacos.

"Las principales dolencias eran las infecciosas, muchas de ellas estomacales", detalla Mercant. Su tesis sobre la apoteca valldemossina se ha convertido hace una semana en un flamante libro bajo el título de La farmàcia monàstica de la Reial Cartoixa de Valldemossa editado por Olañeta. Un volumen que ha inventariado más de 300 medicamentos en su mayoría del siglo XVII. Según su estudio, actualmente sólo un 10% de ellos tienen uso con evidencia científica.

"Las farmacias conventuales se diferenciaban muy poco de las ordinarias. Los cánones que seguían eran los mismos porque eran muy unitario en toda Europa", destaca el doctor. Las virtudes que más se buscaban en los medicamentos eran las antifebriles, las astringentes, las diuréticas y las purgantes.

La prescripción realizada por el médico tras diagnosticar al paciente se convertía en todo un ritual. En algunas ocasiones era él mismo quien la llevaba a la farmacia para explicar al farmacéutico la preparación. Muchos de los medicamentos compuestos han desaparecido porque se elaboraban al momento y se degradaban a las pocas horas. Su precio, en líneas generales, era muy alto. Tanto que algunos podían costar el salario de todo un día de trabajo.

Los propios monjes, los ermitaños de Miramar y la gente de Valldemossa eran los usuarios principales de la farmacia de la Cartuja. Una clientela que, como ocurrió en todas las boticas conventuales, motivó las protestas del Colegio de Farmacéuticos que les declaró la guerra desde 1747. "Pusieron demandas a la Iglesia para evitar la competencia. El control de los medicamentos no era como el actual y su preocupación no era ésa sino una cuestión económica", asegura Mercant.

Un decreto de 1771 ordenó el cierre de estas boticas dejando desatendidos a muchos pueblos que tenían en ellas su único suministro. La farmacia de la Cartuja consiguió mantenerse gracias al fracaso de la iniciativa por crear una ordinaria en Valldemossa. El propio Chopin fue tratado en ella de su tuberculosis y Gaspar Melchor de Jovellanos escribió la Flora medicinal de Valldemuza durante su retención como reo de Estado.

La desamortización de Mendizábal de 1835 supuso el cierre de la Cartuja como monasterio. Un nuevo golpe para su farmacia que vio como se exclaustraba a todos sus religiosos. La imposibilidad de subsistir con la pensión que les quedaba, permitió que el monje boticario Mariano Cortés y posteriormente Gabriel Oliver permanecieran en el monasterio como custodios de la botica que se convirtió, en parte, en civil.

Juan Esteva fue el último boticario de la farmacia. Su muerte en 1929 supuso el cierre definitivo de la farmacia. Tras los tanteos de un anticuario catalán, Ana Mª Boutroux, compró los enseres de la apoteca salvándolos de su salida de Mallorca. Su valor y su historia pueden continuar repasándose ahora en Valldemossa como museo turístico.

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Elena Soto: Un oído que traduce el llanto del bebé

domingo, 27 de diciembre de 2009

Tres buques de EEUU pasarán en la Bahía todas las Navidades

Domingo 27 de diciembre de 2009

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Las tres unidades de despliegue marítimo de apoyo de los Estados Unidos se marcharán a principios de enero. Foto: Willy

GUILLERMO SOLER. PALMA. Tres de las unidades de despliegue marítimo de apoyo de los Estados Unidos continuarán las Navidades en la Bahía de Palma. Estos tres buques de transporte son grandes almacenes flotantes, situados permanentemente en diversos mares del mundo, y pueden equipar al completo una división de Marines, trasportada por avión desde su base al lugar donde tenga que ser desplegada, solo con la impedimenta individual de cada uno de sus componentes humanos.
Este dispositivo reduce la necesidad de transporte aéreo en casos de crisis, como sucedió durante la Operación Tormenta del Desierto, la ocupación de Irak o en el actual despliegue aliado en Afganistán. Como ejemplo, a bordo del Eugene A. Obregón se reúnen gran cantidad de carburantes diversos, casi seiscientos contenedores de material y equipo diversos y 1.113 vehículos de diversas especialidades, incluidos transportes anfibios, camiones, tractores, maquinaria pesada, artillería autopropulsada, carros de combate o blindados.
Las tres unidades de despliegue marítimo de apoyo de los Estados Unidos se encuentran fondeadas en la Bahía de Palma, frente a la fachada marítima de Llevant, y allí permanecerán hasta principios de enero, por lo que sus tripulaciones celebrarán la Navidad y el Año Nuevo en aguas palmesanas.
El mando y la oficialidad de estas unidades navales de transporte, totalmente automatizadas en sus diversas operaciones, son miembros de la U.S. Navy, mientras que sus tripulaciones están integrada de forma mayoritaria por personal civil contratado, unas treinta personas por buque. Hacía tiempo que unidades militares de los Estados Unidos, junto a sus tripulaciones, no pasaban las presentes fiestas en la capital balear.

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Un siglo del primer avión en Mallorca

El 28 de junio de 1910 voló por primera vez en la isla un aeroplano, que despegó de la finca de Son Macià, Marratxí
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Imagen histórica del primer avión que voló en Mallorca, con las autoridades posando junto al aparato. Foto: Fundación Aeronáutica Mallorquina

MARIO MORALES. PALMA. Han pasado más de cien años desde que los hermanos Wright hicieran volar el primer avión. En 1903, estos dos mecánicos americanos consiguieron que un aparato más pesado que el aire remontara el vuelo durante unos segundos, los suficientes para demostrar que era posible hacer lo que el ser humano había ambicionado durante siglos.
En Mallorca, las novedades sobre el progreso de la aviación se seguían con avidez. La Almudaina, rotativo antecesor de DIARIO de MALLORCA, publicaba todas las noticias que se iban produciendo, y aunque en esas épocas la técnica no evolucionaba con la rapidez de hoy en día, apenas siete años después de la hazaña de los Wright, un avión llegó a la isla y realizó algunos vuelos de prueba.
El año próximo se cumplirán cien años de la llegada de aquel primer aeroplano, que hizo su primer vuelo el 28 de junio de 1910. Fue todo un acontecimiento social, porque los mallorquines estaban también maravillados por esta increíble novedad, poder volar a bordo de una máquina, aunque sólo los más intrépidos se atrevían a lanzarse a esta aventura.
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Preparativos para el despegue del primer vuelo

La Fundación Aeronáutica Mallorquina recopiló todo el material disponible sobre aquel hecho histórico, y su presidente Miquel Buades relató que ese verano de 1910 tenía que celebrarse una exposición de productos de Balears y se aprovechó la iniciativa para organizar una "Semana Deportiva", que incluía como plato más fuerte la presencia de un avión, y la posibilidad de verlo volar.
El Fomento del Turismo de Mallorca fue el organismo encargado de la puesta a punto. Hacía sólo cinco años que se había creado y las iniciativas del Fomento estaban en plena efervescencia. El 7 de junio, la junta directiva acordó el programa definitivo de la Semana Deportiva y se contrató a un aviador famoso, Julien Mamet, para que se desplazara a Mallorca e hiciera algunas piruetas en el aire con su monoplano. El aparato era del tipo Bleriot, porque así se llamaba su constructor. Mamet pertenecía además a la escuela francesa de pilotos de Louis Bleriot, la más renombrada de la época.
Mamet se desplazó a la isla para comprobar el sitio donde debía despegar. La zona elegida era Son Macià, en Marratxí, situada frente al hipermercado de Alcampo y cruzando la autopista. A Mamet el lugar no le gustó porque había muchos árboles pero finalmente accedió. El 13 de junio se entrevistó con el gobernador civil para ultimar algunos detalles sobre asuntos de seguridad. También conversó con el director de los ferrocarriles porque se pensó en mover trenes especiales desde la part forana, para que mucha gente tuviera la oportunidad de ver estos nuevos artilugios mecánicos.
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El ´Bleriot´ despega ante la mirada expectante de la muchedumbre

Días más tarde, el 28 de junio, Mamet trae su avión Bleriot a Mallorca, a bordo del buque Jaime I, que cubría la ruta Barcelona-Palma. El aeroplano estaba desmontado y así se trasladó a bordo de carros hasta el hipódromo de Son Macià, situado junto a las actuales vías del tren Palma-Inca.
Ese mismo día realizó dos vuelos para probar la máquina y para satisfacer a las autoridades, la prensa y los invitados que estaban ansiosos por verle despegar del suelo. Una primera salida fue de pocos metros de altura. La segunda resultó más espectacular, ya que tomó altura, pasó por delante de la tribuna donde estaban situados los asistentes y se dirigió hacia el Pont d´Inca. Según los periodistas que cubrieron el acto, el fuerte viento le impedía girar para iniciar el regreso al hipódromo. Debió subir a mayor altura para buscar una atmósfera más estable, y así, pudo maniobrar el aparato y emprender el regreso al punto de partida.

El día señalado

Los vuelos realizados el 28 de junio eran el preludio del gran acontecimiento del día siguiente. El Bleriot de Mamet estaba a punto así que se esperaba un buen espectáculo.
Los mallorquines respondieron con creces a la convocatoria. Ese día no había coches suficientes para transportar a toda la gente que quería ir a Son Macià. Según comentaba Miquel Buades, los palmesanos iban hacia el hipódromo en carros, bicicletas, caballos e incluso a pie. También partieron los trenes especiales, uno desde Inca a las 14,15 horas, y dos desde Palma a las cuatro y a las cinco de la tarde. Se debió ampliar la cifra de vagones porque los que se habían puesto iban atestados.
El hipódromo lucía como nunca, con una gran muchedumbre que lo abarrotaba, e incluso muchos se subían a los árboles para ver mejor el espectáculo, y de paso, para no pagar la entrada. Y así, sobre las seis de la tarde comenzó el vuelo, tomando la misma ruta del día anterior. Recorrió 10 o 12 kilómetros en siete minutos, a una altura de un centenar de metros.
Sin embargo, en una de las maniobras, rozó la copa de un árbol y se rompió uno de los alambres del timón, lo que obligó a Mamet a realizar el primer aterrizaje de emergencia de la historia de Mallorca. El avión se dio de morros contra el suelo, y aunque no produjo heridos, la hélice quedó destrozada, como muestran las fotos publicadas por La Almudaina y reproducidas en esta página.
No era posible reparar la hélice por lo que al día siguiente, Julien Mamet y sus mecánicos regresaron a Barcelona. El piloto, sabiendo que había despertado una gran expectación en Mallorca, y que no había logrado satisfacer completamente a los insulares, envió una carta a los diarios palmesanos en la que pedía disculpas por lo sucedido, y dando las explicaciones técnicas del caso.

Miquel Buades (junto a un histórico DC3) organiza los actos de festejo del centenario de la aviación en la isla

Mamet prometió regresar con aviones de nuevo diseño y gran potencia "con el que haré evoluciones desconocidas hasta hoy", y además, llevaría a bordo a "una señora y después al pasajero que lo desee".
Así se inició la aventura de la aviación en Mallorca, que continuó con el aeródromo de Son Bonet y culminó con la creación del gran aeropuerto de Son Sant Joan, por donde pasan hasta 1.000 vuelos diarios durante el verano.

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martes, 22 de diciembre de 2009

La fauna marina del meridiano (Delaroche)

Laura Jurado | Palma martes 22/12/2009



La expedición para la medición del meridiano de París incluyó a Baleares en una de las empresas más importantes del siglo XVIII que acabaría con la implantación del sistema métrico decimal. Pero no sólo eso. Supuso el desembarco de científicos de primera línea que conectaron las Islas con los conocimientos más avanzados de Europa. Entre ellos, el ictiólogo François-Étienne Delaroche.

De todos los científicos que llegaron con el meridiano de París entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, Delaroche es quizá uno de los más desconocidos. Nació en Ginebra en 1781, aunque otros autores afirman que su nacimiento fue en el convulso año de 1789. Sus primeros años pasaron a caballo entre Londres y su ciudad natal, después de que su familia tuviera que abandonar París con el estallido de la Revolución Francesa.

Fue en Ginebra donde inició sus estudios de Medicina. Pronto adquirió también un gran interés por la botánica, herencia de su padre Daniel Delaroche. Ambos colaboraron con Cardolle en estudios físicos y botánicos.

Tras doctorarse en la capital suiza, continuó su formación en Edimburgo y París, donde se convirtió en médico del duque de Orleans. Probablemente fue allí donde conoció el proyecto del meridiano sin saber que él mismo acabaría por unirse años después. En aquel momento Jean Baptiste Biot ya había llegado a las Islas. Según algunos autores como el historiador Gaspar Valero, Biot fue el iniciador de la labor de Delaroche.

Parece que el francés realizó algunos experimentos sobre los peces que vivían en las profundidades del Mediterráneo balear antes de la llegada del suizo. Unos estudios con los que convenció al ministro del Interior francés de que incorporara un naturalista a la expedición. Para otros, tras un viaje a París, Biot volvió con su amigo Delaroche, quien quería realizar un estudio sobre los peces de las Pitiusas.

Lo cierto es que en 1807 el científico suizo llegó al observatorio de Formentera donde pasaría todo un invierno. Observations sur des poissons recueillis daus un voyage aux Îles Baléareas et Pythyuses publicado en 1809 en los Anales del Museo de Historia Natural de París –junto a seis grabados– fue el fruto de sus investigaciones. «Era el primer estudio sobre ictiología que se hacía sobre las Pitiusas y toda una maravilla en Europa», afirma el oceanógrafo Miquel Duran Ordiñana.

En la primera parte, Delaroche describía el tipo de pesca que existía en Ibiza en aquella época. Por otro lado, incorporaba un análisis sobre las posibilidades de vida en aguas profundas que confirmó con algunos peces capturados a 450 metros con ayuda de unos palangres.

Según Valero, las observaciones de Delaroche llegaron a la misma conclusión que Biot: que la vejiga natatoria de los peces contenía más oxígeno cuanto mayor era la profundidad en la que vivían. «Son unas conclusiones confusas porque precisamente una de las especies descubiertas por el suizo, la escórpora, no posee esta vejiga», plantea Duran Ordiñana.

En La Suite du Mémoire sur les espéces de poissons observées à Iviça, Delaroche enumeraba unas 60 especies de peces observadas en Ibiza. Además, describía las menos conocidas. «Delaroche envió al Museo de Historia Natural de París lo que se denominan ejemplares tipo: peces que sirvieron para describir las nuevas especies».

Pese a que el científico mallorquín reconoce que Delaroche no se equivocó a la hora de determinar cuáles eran las nuevas especies, sí lo hizo en el nombre de algunas ya conocidas. En lugar del catalán pedaç, por ejemplo, escribió podas, una grafía que utilizó para formar el nombre en latín de la especie. Actualmente la Pleuronectes podas. Otros tantos nombres se mantuvieron. Si no eran correctos fueron, por lo menos, aceptados.

Apenas cuatro años después, Delaroche fallecía en París con sólo 31 años. Su obra y sus estudios quedaron interrumpidos repentinamente. Las escasas pistas de su visita a las Pitiusas conducían todas a París. «En aquel momento Baleares tenía un enorme retraso cultural, pero todos los ictiólogos reconocieron rápidamente la importancia de sus estudios», asegura el oceanógrafo.

Pasaría más de medio siglo hasta que el catalán Francesc Barceló i Combis realizara un nuevo catálogo de peces. «Un listado lejos de la profundidad del de Delaroche», afirma Duran Ordiñana. El retrato de una fauna pionera en las Islas que hoy se conserva y estudia lejos de su Ibiza original.

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Elena Soto: El polen, la huella dactilar de las flores

viernes, 18 de diciembre de 2009

S´Albufera enriquece su historia

Sábado 12 de diciembre de 2009

El investigador Andreu Muntaner dona documentos de gran valor relacionados con el parque
J. FRAU. INCA. El parque natural de s´Albufera, conocido por su elevada riqueza medioambiental, atesora otro tipo de riqueza que no tiene nada que ver con la flora y la fauna y sí con la historia más reciente de este espacio emblemático para los mallorquines. El parque incorporó ayer a su extenso archivo una serie de documentos oficiales, tanto originales como copias, de gran valor histórico, fundamentales para entender el papel que el gran humedal del norte de la isla ha tenido en nuestra sociedad durante los dos últimos siglos.
Los documentos, donados por el investigador Andreu Muntaner, que ha tardado 52 años en recopilarlos, cubren una etapa histórica que va desde finales del siglo XVIII, con la presencia de documentos sobre proyectos, intervenciones y cambios de propiedad en los terrenos del humedal, hasta la actualidad, con diversos estudios ecológicos por parte del Icona. La documentación donada por Muntaner, que consta de 28 tomos, incluye otras curiosidades como una memoria sobre el proyecto de desecación y saneamiento del parque que data del año 1853; un plano de la Bahía de Alcúdia que incluye s´Albufera y las marjals de Muro y sa Pobla del año 1859; o informes geotécnicos de los sondeos de reconocimiento de 1976 para la construcción de la vecina central térmica de es Murterar, entre otros archivos interesantes que ahora obran en poder del parque natural.
El conseller de Medio Ambiente, Miquel Àngel Grimalt, el presidente de la junta rectora del parque natural, Esteve Bardolet, y el propio Andreu Muntaner, protagonizaron ayer en s´Albufera el acto simbólico de donación del fondo documental, que culminó con la entrega de una placa de agradecimiento al donante de los archivos.
Grimalt destacó la importancia de personas como Muntaner, cuyo "trabajo callado" contribuye a "conocer de forma más profunda nuestra historia". El conseller se comprometió a "custodiar" la documentación para garantizar su mantenimiento. Por su parte, Andreu Muntaner, que guarda una estrecha relación con s´Albufera debido a los numerosos estudios geológicos que ha realizado a título personal y a su condición de trabajador jubilado de Gesa, explicó que "ha costado muchos años" recoger un material que "no debe perderse", ya que "desgraciadamente, en Mallorca se ha perdido muchísimo patrimonio", lamentó. Respecto a su conocida colección de archivos y fotografías, Muntaner afirmó ser "usufructuario y no propietario" y avanzó que habrá más donaciones con el objetivo de "evitar la pérdida" del material. De hecho, el investigador ya había cedido al parque natural copias de imágenes de s´Albufera procedentes de su extenso catálogo de fotografías que retratan la sociedad mallorquina del último siglo y medio

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Un barco al puro estilo mediterráneo

Miércoles 16 de diciembre de 2009

El astillero Hijos de J. Barreras construye para Baleària el buque más grande de la historia naval de Vigo
barco
El 'Abel Matutes'

ROSA FERRIOL. PALMA. Lo último en ferrys navegará por las aguas mediterráneas a partir de Semana Santa. Se trata del Abel Matutes, uno de los buques más grandes del mundo, que conectará Barcelona con Palma y Eivissa. Encargado por la naviera Baleària, el astillero Hijos de J. Barreras es el responsable de construir este señor barco en el Puerto de Vigo. El responsable de la empresa gallega, José Francisco González Viñas, detalla que "por dimensiones, eslora, puntal, manga...es el barco más grande construido en la historia naval de la ría de Vigo". Su carta de presentación: 191 metros de eslora, 25 metros de manga, una velocidad de 23 nudos, una capacidad para 900 pasajeros, hasta 2.350 metros lineales para coches y camiones y dos motores de nueve mil kilowatios cada uno. Y su coste: 130 millones de euros. Se trata de un barco diseñado al puro estilo mediterráneo. Los pasajeros disfrutarán del sol gracias a la luminosidad de la embarcación, donde predominan las cristaleras. "Es un barco muy abierto", señala el responsable de su construcción. La comodidad de los pasajeros es otra de sus particularidades. González explica que todos los asientos son reclinables, como los de los aviones transatlánticos. Además, disponen de bares y restaurantes, tanto en el interior como al aire libre.
Entre las características técnicas, remarca los estabilizadores de aletas laterales. Son dos enormes planchas retráctiles ubicadas en la mitad del buque. En caso de mar gruesa, "estos estabilizadores permiten disminuir el balance del barco y las aceleraciones verticales que provocan la sensación de mareo", lo que dará, una "extraordinaria confortabilidad al pasaje". Además de las dos hélices transversales que facilitan el atraque, el Abel Matutes tiene la ventaja de poder cargar y descargar los vehículos por la popa y por la proa. "En Barcelona los coches embarcarán por la popa y al llegar a Palma bajarán a tierra por la proa. Con ello, se gana tiempo y fluidez", remarca.
Barreras inició la construcción del Abel Matutes, el cuarto de una serie para Baleària, en un astillero de la localidad portuguesa de Setúbal por la falta de espacio en sus propias instalaciones. El ferry llegó el viernes a la terminal de transatlánticos del Puerto de Vigo, escoltado por los remolcadores Charuca Silveira y Ría de Vigo. El Puerto vigués ha cedido al astillero 200 metros de atraque en el muelle de reparaciones de Bouzas para que pueda armar y rematar el Abel Matutes. González resalta que para construir este señor barco se necesitan un total de 1,5 millones de horas. Van por la mitad, para cumplir estas 750.000 horas restantes, unos 600 trabajadores trabajarán todos los días de la semana hasta finales de marzo, eso sí, Navidad y Año Nuevo tendrán fiesta.
El presidente de Barreras asegura que cuando llegue al Puerto de Palma "el Abel Matutes llamará la atención" por sus enormes dimensiones. Hay que tener en cuenta que un ferry normalmente cuenta con 120 o 130 metros de eslora. En 15 días llegará a nuestras aguas su hermano, el Alhucemas, el tercer buque encargado por Baleària a Barreras y que ahora se están ultimando las pruebas en aguas gallegas.
Abel Matutes, Alhucemas, Passió per Formentera (empezó a operar en septiembre) y Martin i Soler (navega desde principios de 2009) son los cuatro buques de "última generación" encargados por la naviera a Barreras. Se han invertido 350 millones de euros. Todo ello forma parte de un "nuevo impulso del barco como producto para los viajes vacacionales y los desplazamientos entre las islas y la península". La voluntad, resalta Baleària, es que los pasajeros empiecen sus vacaciones en el momento que entran al barco.

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Las bibliotecas de Balears fueron las menos frecuentadas del Estado en 2008 con una media de 2,46 visitas al año por habitante

Jueves 17 de diciembre de 2009

M. ELENA VALLÉS. PALMA. Las bibliotecas de las islas fueron las menos visitadas de todo el Estado durante el año pasado. Los datos los arroja el estudio bianual sobre bibliotecas que el Instituto Nacional de Estadística hizo público ayer.
En concreto, los habitantes baleares pusieron un pie en un centro de estas características una media de 2,46 veces en todo 2008. Así, Balears se sitúa dos puntos por debajo de la media nacional, que alcanza las 4,48 visitas. Sólo se encuentran en estados inferiores al archipiélago las ciudades autónomas de Ceuta (1,31) y Melilla (0,69). Por comunidades autónomas, las mayores tasas de visitantes por habitante se dieron en Navarra (7,79), Murcia (6,91) y Cantabria (6,77).
En 2008, los usuarios de bibliotecas tomaron en préstamo domiciliario 74,47 millones de documentos, lo que supone un incremento del 9,1%. La media nacional fue de 1,63 préstamos por habitante. De 17 comunidades autónomas, Balears quedó en el puesto número 10, con una media de 1, 23 documentos por cada habitante. Las regiones que presentaron las tasas más elevadas son Castilla y León (2,90), Navarra (2,53) y Cataluña (2,50). Por detrás de Balears quedan Murcia, Extremadura, Valencia, Galicia, Cantabria, Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla.
El estudio aporta también datos más genéricos sobre las bibliotecas españolas. En 2008, se registraron un total de 6.601 centros, cifra superior en un 1,2% a la del año 2006. El número de visitantes declarados se incrementó un 5% respecto a la anterior estadística de 2006, alcanzando los 204,36 millones. Por su parte, las bibliotecas contaron con 16,30 millones de usuarios inscritos en 2008. Esta cifra supone un incremento del 10,1% respecto al año 2006, lo que confirma la tendencia creciente del número de usuarios inscritos.
El porcentaje de población usuaria de bibliotecas fue del 35,7%, frente al 34% de 2006. Las mayores proporciones de población usuaria de bibliotecas se localizaron en Castilla La Mancha (50,5%) y Castilla y León (50,4%).
En cuanto a la implantación de las nuevas tecnologías, el estudio indica que la proporción de centros con acceso a internet alcanzó el 87,7%, en comparación con el 42,3% registrado en el año 2000. El 23,7% disponía de página web.

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Unos 40 científicos analizan embarcados los ecosistemas profundos de Balears

Miércoles 16 de diciembre de 2009

EFE. PALMA. El próximo viernes finaliza la primera campaña del proyecto IDEADOS, en la que unos 40 científicos analizan a bordo de dos barcos los ecosistemas profundos de Balears y sus poblaciones, lo que permitirá asesorar con mayor eficacia a las autoridades en la explotación sostenible de los recursos marinos.

Esta campaña, que comenzó el 30 de noviembre con la participación de especialistas del Instituto Español de Oceanografía (IEO), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de las Islas Baleares (UIB), se realiza a bordo del buque oceanográfico "Sarmiento de Gamboa" y del pesquero "Punta d'es Vent", según informa hoy el IEO en un comunicado.

Su título es "Estructura y dinámica del ecosistema bentopelágico del talud en dos zonas oligotróficas del Mediterráneo occidental: una aproximación multidisciplinar y a distintas escalas temporales en las Islas Baleares" y es, según el IEO, "un complejo y ambicioso proyecto" financiado por el Plan Nacional de I+D+I 2008-2011 del Ministerio de Ciencia e Innovación.

El proyecto aborda el estudio simultáneo de distintos compartimentos de la columna de agua difíciles de investigar al mismo tiempo y que, por ello, hasta ahora se habían tratado de manera fragmentada.

Coordinado por el investigador y director del Centro Oceanográfico de Balears del IEO, Enric Massutí, en él también participan investigadores del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), del Instituto de Ciencias del Mar (ICM) de Barcelona y de los Centros Oceanográficos del IEO en Santander y Balears.

El objetivo general del proyecto es determinar, en dos zonas del Mediterráneo occidental con distintas características geomorfológicas e hidrodinámicas, las relaciones entre las comunidades que habitan el talud y las condiciones físico-químicas que se dan a estas profundidades.

Cumplir con este objetivo supondrá, según el IEO, un "avance notable en el conocimiento de los ecosistemas profundos y sus poblaciones, que permitirá a los expertos asesorar con mayor eficacia a las autoridades competentes en la explotación sostenible de los recursos marinos".

El estudio se basa en el análisis de las relaciones tróficas de los organismos demersales (aquellos que viven asociados al fondo) de estas comunidades y las poblaciones del dominio pelágico (aquellos que viven en la columna de agua).

Para llevar a cabo este objetivo, una de las principales actividades es la realización de muestreos de manera simultánea a bordo de un buque oceanográfico y de un buque pesquero de arrastre alquilado para la ocasión.

El primero se dedica a la toma de datos hidrográficos y muestreos, mientras que el buque pesquero se centra en la prospección de las comunidades que viven en las profundidades del mar.

La selección de esta época del año para hacerlo se debe a que se trata de un período caracterizado por la desestabilización y la mezcla en la columna de agua, lo que provoca un ascenso de nutrientes desde el fondo hacia la zona iluminada, por lo que los niveles de producción son mayores que durante el verano.

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El secador inglés de S'Albufera (Bateman)

Laura Jurado | Palma martes 15/12/2009

Albufera
Vista general de S'Albufera con la central eléctrica de Es Murterar al fondo. | Mariona Cerdó

Imagine toda S’Albufera de Alcúdia convertida en un campo de cultivo. En un inmenso arrozal, concretamente. Antes de su visión turística y medioambiental la zona era sólo una ciénaga fuente de fiebres y paludismo. En 1862 llegó el mesías, el doctor empresario John Frederic Bateman.

"Aquellos dilatados y tétricos cañaverales en cuyas deletéreas brumas se cernía pavorosa la imagen de la muerte". Así describía la Revista de Obras Públicas la percepción que se tenía de S’Albufera en el siglo XIX. «Era una zona de ambiente enfermizo origen de muchas fiebres, enfermedades y paludismo. Siempre se decía que a Sa Pobla iban a vivir quienes no tenían otro lugar», añade el investigador y geólogo Andreu Muntaner.

Al mal estado de la salud pública se sumaban las crecidas de sus aguas que arrasaban muchas tierras de labor. Una situación inaguantable que hizo que proliferaran los intentos de desecación desde el siglo XVIII. La gran productividad de la zona hacía pensar en un aprovechamiento agrícola además del saneamiento.

"Cuestiones económicas y políticas asociadas a la propiedad de las tierras", como afirma Muntaner, fueron algunas de las causas de que la desecación no se desarrollara. En el terreno de la superstición científica también se creía que, de realizarse, podía suponer el agotamiento definitivo del agua. En 1851 la publicación de una Real Orden que reconocía la necesidad de secar la Albufera permitió el inicio de las obras.

A cientos de kilómetros de Mallorca, en Inglaterra, vivía y trabajaba John Frederic Bateman: un experto en ingeniería hidráulica en cuyo currículum destacaba el suministro de agua a Manchester como su proyecto más importante. Según explican C. Picornell y A. Ginard en John Frederic Latrobe Bateman, probablemente fue en Barcelona donde conoció el proyecto de s’Albufera y entró en negociaciones con los ingenieros que tenían la concesión.

En 1862 la New Majorca Land Company –con Bateman incluido– asumía la desecación, pese a que las obras no comenzaron hasta abril de 1863. Sobre un proyecto anterior de Villaverde diseñaron el plan definitivo. "Donde hoy está el centro de interpretación instalaron una rueda hidráulica que repartía el agua a los canales, una sala de calderas y todo un sistema para traer agua dulce desde una fuente", enumera el investigador.

La desecación supuso la construcción de la mayoría de infraestructuras actuales: más de 40 kilómetros de caminos, once puentes, un pantalán marítimo de 300 metros y el Gran Canal –que llevaba hasta el mar el agua de los dos torrentes que abastecían la Albufera– de 60 metros de ancho y 2.500 de largo. Tareas que congregaron a más de mil trabajadores además de las familias de la colonia agrícola de Gatamoix.

En noviembre de 1870 las obras llegaban a su final y un año después, el Ministerio de Fomento otorgaba a la New Majorca Land Company la propiedad de las tierras desecadas. Una extensión de más de 2.000 hectáreas.

El éxito parecía conseguido pero pronto cambiaron las cosas. "Las tierras de S’Albufera estaban por debajo del nivel del mar y por eso se inundaban de agua salada que obligaba a inyectar más agua dulce. Las variaciones del mar no se podían controlar. El cambio climático ha existido siempre", relata Muntaner. Las nuevas filtraciones de agua y los problemas de salinización hicieron que menguara la tierra disponible para cultivo hasta las 400 hectáreas.

El proyecto redujo el riesgo de inundaciones y saneó la zona de enfermedades pero fracasó desde el punto de vista empresarial. La zona de cultivo no era suficiente para rentabilizar los 17,5 millones de pesetas que según C. Picornell y A. Ginard se inviertieron en la desecación.

En 1886 Bateman donaba las tierras a su hijo Lee. La empresa había llegado a tener su propia moneda para pagar a los trabajadores de la colonia agrícola pero el declive continuó hasta que la familia Gual Torrella adquirió toda S’Albufera en 1896.

Una fábrica de papel, una central eléctrica y el actual Parque Natural escriben el pasado más reciente de la zona. Bateman regresó a Inglaterra y el legado documental de su proyecto mallorquín, del que no hay imágenes, se diseminó por España. Por el momento, el Pont dels Anglesos seguirá recordando su paso.

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Elena Soto: Patrimonio con efectos especiales

martes, 8 de diciembre de 2009

El semáforo del mar se encuentra en verde

Chema L. Espejo | Palma martes 08/12/2009

En plena semana de la Cumbre de Copenhague en la que se intentará dar una solución a los problemas ambientales, la Posidonia Oceánica en Baleares da una buena noticia en un mar de informaciones pesimistas sobre el clima. Hace unas semanas unos buzos amateur –pertenecientes a la red de voluntarios para conservar esta planta– descubrieron por la zona norte de la Isla que la Posidonia Oceánica había florecido.

Tras hacer este descubrimiento se pusieron en contacto con la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca que envió a una serie de técnicos a comprobar si era verdad el descubrimiento. Cuál fue su sorpresa cuando encontraron una gran explanada marina en la que esta planta había florecido. También se había producido este fenómeno en las costas de Formentera e Ibiza, aunque según los funcionarios seguramente se habrán desarrollado por otras partes de la costa.

La pregunta entonces es: ¿por qué es importante este fenómeno? En los últimos veinte años la Posidonia Oceánica en Baleares, especie protegida por la Unión Europea, tan sólo ha florecido en tres ocasiones, la última hace cuatro años. "Tienen que darse unas condiciones especiales para que se puedan reproducir", aclaró Toni Grau, responsable de esta área de la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca.

La escasez de contaminación es fundamental para que esta planta se reproduzca. La Posidonia Oceánica es una planta marina muy sensible a los cambios de su entorno y para que florezca también debe tener una temperatura del agua cercana a los 19 grados en otoño.

"Cuando la Posidonia termine de florecer, los frutos, olives de mar, madurarán y luego soltarán las semillas", recuerda Grau. Durante este proceso la falta de residuos contaminantes es fundamental. "Esta planta es frecuente en zonas donde no hay ríos, ni en partes en las que no haya ocurrido ninguna catástrofe natural y que las aguas se encuentren limpias", matiza Grau. Baleares concentra el 70% de las Posidonia Oceánica en España.

"La industria pesada es la que provoca a veces que las aguas no se encuentren en buenas condiciones con lo que en esas áreas no se desarrolla. En Baleares no hay este tipo de fábricas por lo que es más sencillo que florezca", añade Grau.

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La mayor inundación de la Tierra formó el Mediterráneo

El microcosmos de los fósiles (Guillem Colom)

Laura Jurado | Palma lunes 07/12/2009

Si a Guillem Colom le hubieran otorgado el Premio Príncipe de Asturias a la Investigación Científica y Técnica, medio Sóller se habría preguntado por qué. Había rechazado ofertas de compañías americanas para quedarse en Mallorca pero pocos sabían que en la Vall de les Taronges se escondía un pionero en la micropaleontología española.

Colom –nacido en Sóller en 1900– fue el dios científico de las pequeñas cosas. Por influencia de un abuelo o por una casa que su familia había comprado en el campo, su primer interés por la naturaleza comenzó por los insectos. El salto llegó a los 18 años cuando ingresó como socio numerario en la Sociedad Entomológica de España e inició la correspondencia con los principales científicos del país.

Cuando llegó el momento de entrar en la Universidad, Colom se dividía entre la pasión empresarial de su padre –uno de los promotores del tren de Sóller– y su propia afición por las ciencias naturales. "Tenía 22 años y la Guerra del Rif desbarató todos sus planes. Fue reclutado aunque no llegó a ir a África sino que se quedó en Palma", explica el investigador y micropaleontólogo Guillem Mateu.

El Congreso Internacional de Geología de 1925 puso al solleric en su verdadero camino. "El encuentro se celebró en Madrid pero la excursión fue en Mallorca donde él se unió. El Congreso pedía que en España hubiera un experto en micropaleontología", afirma Mateu. Una necesidad que se unió a la influencia del geólogo Bartomeu Darder.

Colom dedicó prácticamente toda su vida al estudio de los foraminíferos fósiles: diminutos fósiles de organismos unicelulares que se encuentran en algunas montañas de Mallorca que estuvieron sumergidas en el mar. "La Universidad Complutense le encargó entonces el primer tratado de micropaleontología en español. Sus obras se convirtieron en fundamentales además de descubrir más de 250 nuevas especies", añade Mateu.

Alentado por Darder y Paul Fallet y animado por su espinita universitaria, Guillem Colom se marchó a estudiar a Europa. Primero en los cursos de Geología de La Sorbona y el Museo de Ciencias Naturales de París; luego, en una especialización en Petrología y rocas sedimentarias en Estrasburgo. Siempre como alumno libre. "Era tan sabio que no necesitaba ningún título que hablara por él".

El reconocimiento internacional del solleric no hacía más que aumentar. Mantenía correspondencia con centros de investigación de todo el mundo. Una "universidad a distancia" como define Mateu compuesta por más de 5.000 cartas. Su formación en petrología le llevó a trabajar para compañías americanas como la Standard Oil Company en busca de yacimientos de petróleo. Su mujer, Catalina Arbona –americana de ascendencia sollerica– traducía los informes al inglés.

A mediados de los años 40, Colom recuperó su interés por la entomología abordada desde sus conocimientos en geología. Los fósiles microscópicos le permitieron reconstruir la evolución de Baleares a lo largo de millones de años. En 1975 publicó Geología de Mallorca, la primera obra completa sobre el origen de las Islas.

Mientras, la Vall de les Taronges permanecía ajena al éxito de su paisano. "Cuando en el extranjero ya me conocían, aquí nadie sabía a qué me dedicaba", reconocía en un documental años antes de su muerte. Su nombramiento como miembro de la Academia de las Ciencias de Madrid "cayó como una bomba en Sóller y entonces se destapó todo", continuaba.

Mientras en el extranjero codiciaban sus colecciones, Colom –como ocurrió con el puesto de trabajo de una empresa americana– rechazó la oferta para dejar su legado con 20.000 preparaciones de micropaleontología al entonces proyectado Museo Balear de Ciencias Naturales.

En 1992 Guillem Colom asistía emocionado y orgulloso a la inauguración del centro. "El día que le nombraron Hijo Ilustre de Sóller todavía había algún médico que decía 'mira, a Colom que no tiene ningún título se lo dan, y a mí que soy médico, nada'", rememora el profesor Mateu. Pero el museo –que consiguió los primeros apoyos y ayudas en su nombre– era el símbolo de la victoria. Los "locos" estudiosos, como a él le habían llamado, habían ganado la batalla.

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Elena Soto: 'Ciberguardias' de la naturaleza salvaje

jueves, 3 de diciembre de 2009

El obispo de la Ilustración (Pere Joan Campins)

Laura Jurado | Palma martes 01/12/2009

La Historia nunca avanza igual para todos. Mientras la Revolución Francesa ponía el acento en la fuerza del pueblo, la Iglesia iba quedando cada vez más aislada. Hacía siglos que había perdido el tren de la modernidad y la conexión con su contexto real. Una distancia que el obispo Campins intentó acortar en apenas unos años.

Pere Joan Campins pasó toda su vida vinculado a la Iglesia: con apenas 11 años entró en el Seminario y, con sólo 25, fue consagrado sacerdote. Se había licenciado, además, en Teología y Derecho Canónico en Toledo, uno de los centros con más prestigio de la época.

Su trayectoria y su personalidad le convirtieron en uno de los personajes más queridos en la Iglesia mallorquina. A la muerte del obispo Jacint Maria Servera, todos los rectores de la Isla firmaron un documento en el que pedían que Campins –por entonces vicario capitular– fuera designado como nuevo obispo. "Costa i Llobera fue uno de los que más intervino en el proceso, ya que era muy influyente. Su amistad con monseñor Guerri era un hilo directo con el Vaticano", explica el director de la Biblioteca Diocesana, Gabriel Seguí. El nombramiento se hizo efectivo en 1898.

A su llegada, el obispo Campins se encontró con una institución desconectada de la Historia y la modernidad y muy alejada del pueblo. "El siglo XIX fue muy difícil para la Iglesia y él tenía conciencia de eso. Su objetivo fue restaurarla en una época llena de liberalismo", afirma Seguí. De puertas afuera promovió la rehabilitación y construcción de templos que la hicieran visible para el pueblo. Una de las más polémicas fue la reforma de la Seu en 1905 encargada a Gaudí.

De puertas adentro, el obispo tardó apenas tres meses en presentar un proyecto de renovación diocesana que incluía un nuevo plan de estudios para el Seminario. "Quería crear un grupo de clérigos que pudieran hacer un buen papel en la crisis de la Iglesia y, en lugar de hacerlo por la vía política, optó por la intelectual. Su objetivo era crear una Universidad Eclesiástica independiente de la de Valencia", explica el director. Campins se rodeó de un importante grupo de colaboradores que hicieron posible la introducción de asignaturas científicas. Antoni Canals era profesor de Aritmética, Álgebra, Trigonometría y Contabilidad. Ildelfonso Rullán se encargaba de la Física, la Química y la Historia Natural.

En 1899 el obispo creó los certámenes científico-literarios del Seminario: concursos de trabajos académicos con los que los seminaristas se iniciaban en la investigación científica. Con el edicto Specola astronomica in Seminario Campins dio un paso más. Había escrito al Prepósito Provincial para la creación de un observatorio astronómico. Una comisión científica se encargó de su desarrollo y Canals fue nombrado director del mismo.

El obispado de Campins coincidió con el papado de León XIII, gran impulsor de las Ciencias Naturales, especialmente de la Astronomía. Hacía años que el Vaticano contaba ya con su propio observatorio. Sin embargo, la fundación de uno en Mallorca coincidió con la muerte de dicho Papa y la llegada de Pío X, que gobernó con mano firme y se opuso a las ideas reformistas.

Por tolerancia o aislamiento, Campins consiguió seguir adelante con su proyecto. En 1905 el observatorio tuvo uno de sus momentos más importantes con el eclipse total que tuvo en la Isla una de las mejores zonas de visibilidad y que atrajo a científicos de todo el mundo. El Boletín Oficial del Obispado publicó una extensa crónica de las observaciones.

El obispo Campins fue también el fundador del Archivo y el Museo Diocesano."Se podía visitar y él lo convirtió en un centro de interpretación que organizaba conferencias culturales", relata Gabriel Seguí. Fue además la primera entidad museográfica de Mallorca preocupada por la destrucción y la expropiación del patrimonio. Consiguió, por ejemplo, que los bienes del Santuario de Lluc –incautados por el Estado– volvieran a la Iglesia. Hoy el museo aún conserva un apartado dedicado a las Ciencias.

Su reformismo chocó con el sector más conservador de la Iglesia. Sin embargo, el tener a Mossèn Alcover como mano derecha –"casi un integrista"– consiguió suavizar las posturas. Su verdadero 'enemigo' estaba fuera de su alcance. A su muerte le siguió el obispo Domenech que desmontó todo lo que Campins había conseguido. "Lo primero fue el plan de estudios del Seminario. Aquella idea de crear una Universidad desapareció".

"Campins no ha tenido aún el reconocimiento y el estudio que se merece. Su figura ha quedado como un mito tanto para la Iglesia como fuera de ella", concluye Seguí. La Ilustración que tanto temía se convirtió en su arma principal para conectar con el mundo.

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Elena Soto: Exploradores robóticos del medio marino

2009. La construcción de telescopios gigantes

Rafael Bachiller | miércoles 02/12/2009

telescopio
Proyecto para el telescopio Europeo Extremadamente Grande. | ESO

En el año 2009, simultáneamente con el lanzamiento de tres potentes telescopios espaciales, Kepler, Herschel y Planck, se están definiendo las características esenciales de tres Telescopios Extremadamente Grandes (ELT), dos norteamericanos y uno europeo. Se espera que estos telescopios entren en operación en la segunda mitad de la década de los 2010.

En Radioastronomía hay que destacar dos proyectos colosales: la construcción del Atacama Millimeter Array (ALMA) que deberá finalizar hacia 2013, y el diseño del Square Kilometer Array (SKA) que está previsto hacia 2022. La observación con estos instrumentos revolucionará completamente la Astronomía en tan sólo dos décadas. La apasionante aventura del telescopio que comenzó con el anteojo de Galileo no sólo no ha llegado a su fin, sino que se encuentra en una auténtica edad de oro.

Espejos monolíticos
Tres telescopios VLT en Chile. | ESO
A lo largo del siglo XX el desarrollo de las tecnologías del pulido del vidrio y del aluminizado llegaron a hacer posible la construcción de espejos realmente grandes, de varios metros de diámetro. Al telescopio Hale de 5 metros de Monte Palomar (en California), que fue instalado en 1948, le siguió en 1976 el telescopio BTA-6, equipado con un espejo de 6 metros, en Zelenchukskaya (en el Cáucaso).

Fue la introducción de los ordenadores lo que permitió lograr una gran precisión en el control tanto del apuntado como del seguimiento de estos enormes telescopios. Hoy, los mayores espejos (monolíticos) del mundo son los de los dos telescopios Gemini (uno en Chile y otro en Hawai), los cuatro VLT (Very Large Telescope) construidos por el Observatorio Austral Europeo (ESO) en el Monte Paranal (Chile), y el Gran Telescopio Binocular de Monte Graham (Arizona). Todos estos telescopios están equipados con espejos de diámetros entre 8,1 y 8,4 metros. Es en estos valores en los que se encuentra el límite impuesto por la tecnología actual de construcción y pulido de grandes espejos.

Espejos fragmentados
El tamaño máximo de unos 8 metros que limita a los espejos ha podido ser superado mediante el desarrollo de espejos fragmentados que están constituidos por múltiples paneles. El pionero telescopio norteamericano MMT (Multiple Mirror Telescope) que se instaló en el Monte Hopkins, Arizona, en 1979, estaba equipado con un pequeño mosaico de seis paneles de 1,8 metros de diámetro que era equivalente a un espejo de 4,5 metros. Este instrumento también incluía otra importante innovación: su montura alt-azimutal que, aunque utilizada mucho en radioastronomía, tan sólo había sido utilizada en contadas ocasiones en astronomía óptica.

El Gran Telescopio de Canarias. | H. Raab
Sin embargo, en contraste con la montura ecuatorial (organizada en torno a un eje paralelo al terrestre), la montura alt-azimutal permite la construcción de estructuras de mayor envergadura y mayor peso manteniendo una gran estabilidad. Los ordenadores hacen posible el fino control para que un telescopio sobre una montura de este estilo pueda apuntar a un astro y compensar el movimiento de rotación de la Tierra con la altísima precisión que es indispensable.

Las innovaciones del MMT fueron aprovechadas por muchos otros telescopios ópticos. En 1993 y 1996 se pusieron en marcha los dos grandes telescopios Keck. Cada uno de estos telescopios está dotado con un espejo de 9,8 metros constituido por 36 paneles individuales. Nuevamente han sido los ordenadores los que han permitido el desarrollo de dos técnicas revolucionarias conocidas como 'óptica adaptativa' y 'óptica activa' que permiten, por un lado, neutralizar diferentes deformaciones de los grandes espejos y, además, burlar a la atmósfera terrestre compensando las distorsiones que ésta introduce sobre el débil rayo luminoso que nos llega desde un astro lejano.

Cúpula del Gran Telescopio de Canarias. | Ion Ortega

El Gran Telescopio de Canarias que ha entrado en operación en el año 2009 en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Instituto de Astrofísica de Canarias) posee el récord actual con un espejo de 10,4 metros que está compuesto por 26 segmentos hexagonales de 1,9 metros de tamaño cada uno.

Extremadamente Grandes
El Giant Magellan Telescope. | GMTO
Pero la historia de los telescopios terrestres no acaba aquí y ya hay varios proyectos para construir varios 'Telescopios Extremadamente Grandes' (ELT por sus siglas en inglés). Con espejos segmentados cuyos diámetros efectivos superan los 20 metros, estos telescopios deberán servirse de técnicas avanzadas de óptica adaptativa para escudriñar los límites del universo. Los sistemas de óptica adaptativa utilizan una combinación de estrellas reales y artificiales (producidas mediante un láser) para medir la turbulencia atmosférica y compensar sus efectos perniciosos.

El primero de estos grandes proyectos es el Giant Magellan Telescope (GMT) que estará ubicado en el Observatorio de Las Campanas (Chile). Se trata de siete segmentos de 8,4 cada uno para conformar un espejo equivalente de unos 24 metros.

El Thirty Meter Telescope. | TMT
El Thirty Meter Telescope (TMT) es otro proyecto norteamericano que, como su nombre indica, está siendo diseñado para proporcionar un espejo fragmentado de 30 metros de diámetro que estará instalado en el gran observatorio de Mauna Kea (Hawai). Tanto el GMT como el TMT deberían entrar en operación hacia el año 2018.

Finalmente hay que destacar que el Observatorio Austral Europeo (ESO), organización en la que participa España, ya tiene muy avanzado el diseño de un telescopio de 42 metros de diámetro (denominado E-ELT, European Extremely Large Telescope) que estará constituido por un millar de espejos de 1,5 metros. La localización de este gigante aún no está decidida, pero su construcción podría comenzar hacia el año 2011 y extenderse durante al menos unos 5 años, por lo que no cabe esperar que entre en operación antes del año 2016.

Radioastronomía colosal
El radiotelescopio ALMA. | ESO
La Radioastronomía tiene dos proyectos colosales. De hecho, el proyecto más ambicioso actualmente en construcción en Astronomía es el Atacama Large Millimeter Array (ALMA), un interferómetro constituido por 66 antenas de altísima precisión que está siendo instalado a 5000 metros de altitud en el Llano de Chajanantor (Atacama, Chile). Con un coste en torno a mil millones de euros, la construcción de este observatorio ha aunado los esfuerzos de Norteamérica, Europa, Japón, Taiwan y Chile. Este radiotelescopio gigante incorpora la vanguardia de la tecnología de microondas en unos receptores que cubren la práctica totalidad del espectro de ondas milimétricas y submilimétricas (frecuencias desde 30 hasta 1000 GHz). La construcción de ALMA no se completará antes del año 2013, pero las primeras observaciones de interés astronómico están previstas para el 2011.

Como complemento de ALMA para las ondas más largas, el Square Kilometer Array (SKA), está siendo diseñado para que un área efectiva de un millón de metros cuadrados cubra frecuencias de unos 70 MHz hasta unos 10 GHz. El diseño de este interferómetro es completamente revolucionario pues incluye la combinación de millares de pequeñas antenas parabólicas móviles con antenas fijas de tipo 'aperture array' que estarán repartidas por varios miles de kilómetros. La construcción de este telescopio, que se ubicará en Australia o en Sudáfrica, no se completará antes del año 2022

1609-2009… y la aventura continúa
La aventura del telescopio que comenzó en 1609 con aquella primera observación realizada por Galileo está lejos de llegar a su fin. Los telescopios espaciales y los telescopios gigantes (tanto los ya construidos como los proyectados) poseen concepciones que parecen muy alejadas del sencillo anteojo de Galileo. Sin embargo, exactamente igual que aquel rudimentario instrumento, todos estos alardes tecnológicos siguen llevando impresa, como principal característica, la curiosidad de sus creadores. Y tal curiosidad está lejos de ser saciada.

Ver más allá, emplazar nuestro planeta en el cosmos, tratar de comprender nuestros orígenes, desentrañar la compleja trayectoria evolutiva que nos condujo a hasta este determinado punto del espacio-tiempo, son algunas de las ambiciones que van depositadas en todos estos imaginativos instrumentos. Ya sea un mero par de toscas lentes, un sofisticado y enorme radiotelescopio, o un telescopio espacial orbitando a un millón y medio de kilómetros desde la Tierra, su misión siempre consiste en responder a nuestros insistentes interrogantes, en tratar de revelar estos esquivos misterios: cuál es nuestro lugar en el Universo, cuál es nuestro origen cósmico, cuál nuestro destino.

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Rafael Bachiller es director del Observatorio Astronómico Nacional ( Instituto Geográfico Nacional).

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